Cuando fue la bola del
Barcelona la que salió del bombo, sólo los sevillistas más optimistas podían imaginar que su equipo se presentaría esta noche en el
Camp Nou con un ilusionante 2-0 como renta. Mucho tuvo que ver en ello la decisión de
Valverde de prescindir de sus mejores hombres en la ida. Pero hoy será otra historia. Salvo sorpresa, estará
Leo Messi, y su sola presencia, independientemente de quien lo acompañe, ya causa un respeto extremo que se acerca al pánico. No es para menos:
32 goles en 35 partidos le ha hecho el rosarino al cuadro nervionense, su víctima preferida.
Argumentos estadísticos para respaldar lo difícil de la empresa, pese a la ventaja, hay de todos los colores. El
Barça es el campeón de las cuatro últimas ediciones y ha llegado a siete de las últimas ocho finales. De hecho, el último 'mortal' que lo eliminó a doble partido en el torneo del K.O. fue el propio
Sevilla allá por el año 2010. Desde entonces, sólo el Madrid, en una ocasión, ha podido con el indiscutible
Rey de Copas (30 títulos le avalan).
Además, ya es sabido por todos cómo se viene comportando el
Sevilla en los últimos tiempos en los grandes escenarios de nuestro fútbol. No hay que recordar su pírrico bagaje. En el
Camp Nou, por ejemplo, de sus últimas 12 visitas, 11 derrotas y un empate.
Pero dicho todo esto -alguno pensará que a buenas horas-,
Machín y los suyos tienen hoy licencia para soñar. El gen competitivo que los sevillistas despliegan cada vez que huelen plata debe ser la vitamina que impulse a un bloque que llega asolado por las bajas, con especial afectación en las alas. No estarán
Jesús Navas,
Escudero ni
Aleix Vidal.
De los cuatro laterales que comenzaron el curso, sólo viaja
Arana, y podría tener sus horas contadas en el club. Por ello,
Promes ocupará con toda seguridad un costado, previsiblemente el zurdo, y en el diestro podría entrar
Mercado, que ya jugó ahí este curso en Vitoria. No es el típico lateral ofensivo que le gusta al técnico. Pero no es que sea una artimaña para defender. Es que no tiene más. Tampoco parece el día idóneo para sacar a los leones al joven
Javi Vázquez.
Además,
Machín lo ha dejado claro. No saldrán "cagados". No le queda otra. Como su equipo salga mirando el reloj... a rezar. Por el contrario, debe ser valiente. Un gol sería oro puro. Obligaría a los culés a hacer cuatro. Y aunque desde
Can Barça han dejado claro que no tirarán la
Copa, con vídeo de arenga incluido, quizás ese esfuerzo sería ya demasiado para un equipo al que lo que le interesa de verdad es llegar con la frescura necesario a los meses en los que se cuece la Champions.
Por ello,
Valverde, pese a hablar de la
Copa como "prioridad", podría formar un once mezcla de titulares y suplentes, aunque es seguro que Busquets regresará a un mediocampo donde la duda reside entre
Arthur o
Arturo Vidal, apareciendo también otra interrogante en el tercer inquilino del tridente ofensivo:
Coutinho o
Malcom.
Machín, por su parte, podría repetir con
Amadou en la medular, como en Nervión, para buscar más presencia física, lo que también concede muchas opciones a
Roque Mesa. En defensa, por su parte,
Wöber viaja tocado y no existe margen de maniobra, como en ataque, donde serán
Ben Yedder y
André Silva quienes busquen ese gol que acerque de nuevo la gloria. Nadie dijo que fuese a ser sencillo. Muchos pensaron que era más bien imposible. Pero ahí está el
Sevilla, buscando otra gran gesta, y con licencia para soñar.