El espectacular arranque como sevillista de
André Silva desbordó la ilusión del club y del sevillismo, disparando, como no podía ser de otra forma, las expectativas con sus guarismos goleadores a final de temporada. El luso marcó siete goles en sus primeros diez partidos como sevillista y ya se hablaba de que la entidad ejercería con total seguridad la elevada opción de compra.
Sin embargo, la productividad del luso ha decrecido considerablemente con el paso de la temporada, hasta el punto de que ahora atraviesa su peor sequía realizadora con seis choques consecutivos sin ver puerta. Es cierto que aporta otras cosas, pero un delantero necesita el gol y el internacional portugués no lo termina de encontrar desde el pasado 26 de enero.
Una mala racha que responde al patrón de rendimiento goleador evidenciado por
André Silva en su carrera, pues, como apunta la cuenta de
Twitter @Kynette27, su historial refleja que su producción anotadora desciende con la entrada del nuevo año. Siempre ha empezado muy fuerte, con cifras potentes antes del 31 de diciembre y que después bajan sustancialmente. Así, como nervionense, nueve de los 11 goles firmados llegaron en 2018, y sólo dos desde que entró en liza 2019.
Algo muy similar le ocurrió la campaña pasada en el
Milan, ya que ocho de las diez dianas que convirtió fueron antes del año nuevo, mientras que tras ‘las campanadas’ y hasta final de curso sólo marcó dos. Menos drástica resultó la diferencia en el
Oporto pero también la hubo. En la 16/17 el reparto fue 15/6, mientras que en la anterior de 11/6.
Álvaro Palomo2 min lectura