La llegada a Sevilla de
Oliver Torres, que se convertirá previsiblemente en el noveno fichaje nervionense en las próximas horas, confirma una tendencia habitual con
Lopetegui: la de contar con jugadores que conoce y a los que le sabe sacar el máximo rendimiento. Una tónica que, por regla general, le ha salido bien, aunque no siempre.
De hecho, el propio Óliver
Torres, al que ya había dirigido en las categorías inferiores de la selección española, fue una de las primeras incorporaciones que el
Oporto hizo tras el fichaje del propio Lopetegui. Cedido por el
Atlético, con los ‘Dragoes’ vivió su mejor año.
El extremeño no fue la única incorporación de un técnico que convenció a
Tello para que dejara el
Barça por el Oporto y a
Adrián López, que con
Lopetegui había triunfado en la sub 21, para que hiciera lo propio con el Atlético justo después de proclamarse campeón de Liga. E incluso tiró de
Campaña, al que intentó ‘recuperar’ tras su infructuoso paso por las ligas inglesa y alemana. Sólo Tello y Oliver Torres se ganarían el puesto ese año.
Su presencia en la capital del Duero hizo que también llegaran otros españoles como
Casillas, Marcano, Andrés Fernández o Alberto Bueno.
Esa tendencia se vio también en su paso por la selección española, donde ‘jubiló’ a gran parte de la vieja guardia y dio el relevo a muchos chavales que habían triunfado con él en categorías inferiores. El primero en debutar fue
Saúl Níguez, y a él le siguieron los
Thiago Alcántara,
Isco,
Carvajal, Rodrigo, Kepa...
Incluso en su breve paso por el Madrid uno de los pocos fichajes que hizo su equipo fue Odriozola, al que ya había hecho debutar en la absoluta.
Parece claro que sin la presencia del guipuzcoano en el banquillo
Reguilón y el propio
Óliver Torres tal vez no habrían aterrizado en
Sevilla este verano, pero ni siquiera eso les asegura un puesto en un once que la próxima temporada va a estar muy cotizado.