Un problema preocupante

El problema adquiere ya una dimensión preocupante. Hace tiempo que se diagnosticó pero lejos de hallarse un remedio se ha enquistado y ha comenzado a generar consecuencias serias para los intereses nervionenses. En Pamplona lo acusó y se dejó dos puntos y este domingo le condenó en casa a una dolorosa derrota pese a la insistencia y su continuo merodeo por los aledaños de Asenjo.

La ausencia de pegada se erige en un pesado lastre, porque el Sevilla genera, encierra a sus adversarios pero finaliza pocas jugadas y las que concluye carecen de maldad. Ante el Villarreal, después de un comienzo con juego horizontal y dificultades para superar la presión de un rival entonado y que se adelantó pronto, los nervionenses redujeron los pases y la mayor aparición de los interiores abrió espacios para los carrileros, que vivieron instalados en campo castellonense.

Ahí arrancó el carrusel de acciones casi idénticas con centros desde la banda despejados prácticamente siempre por los centrales visitantes. Los servicios nunca encontraban un objetivo, porque la referencia arriba, De Jong, nunca se encontraba en el sitio por una falta de entendimiento que, a estas alturas, ya no se comprende. Los de Lopetegui recuperaban rápido, controlaban los tiempos y ni cedían contragolpes, mas sus ataques terminaban una y otra vez en centros estériles.

Ante esta situación, Lopetegui sentó al holandés en favor de Chicharito y poco después Munir remataba a la red un centro raso. Persistió el Sevilla con 1-1 pero una desaplicación atrás aislada hizo pagar al equipo que, pese a su insistencia, no halle el camino del gol.

Con una referencia inexistente
Lopetegui confió una vez más en De Jong para ejercer de referencia arriba y lo cierto es que ayer no lo fue en ningún momento, ni para jugar de espalda ni para ser el objetivo para los pases laterales, porque nunca estaba en posición de remate.