Desde que
Diego Carlos arrancara la temporada su nombre ha sonado con fuerza, primero, en la Liga española y desde hace unas semanas en una
Premier que apunta a todo lo que se mueve en el mercado y donde la comptencia es feroz. Eso ha hecho que varios clubes sigan de cerca las evoluciones del jugador y que desde hace tres días barajen en Inglaterra la opción de que algún club, especialmente el
Liverpool, haga efectivo el pago de la cláusula de rescisión que firmó con el
Sevilla: 75 millones de euros.
Sin embargo, este presumible interés del vigente campeón de la
Champions League se ha encontrado con la indiferencia y el escepticismo de sus aficionados, plasmado en las redes sociales. Ya sea porque pocos conocían a
Diego Carlos antes de que Monchi lo fichara este verano o porque consideran que no mejora lo que tiene, la aparición del nombre del futbolista brasileño no ha despertado mucha ilusión en la ciudad del condado de Merseyside.
No en vano, aparte de
Van Dijk, que rozó este año el Balón de Oro, Jürgen
Klopp cuenta para el centro de su defensa con tres jugadores que, pese a la reciente revisión al alza del valor de Diego Carlos (25 millones actualmente) estarían a su nivel: Dejan
Lovren (20),
Joe Gómez (35) o el ahora lesionado
Joel Matip (40). Por ello, parece poco lógico invertir esa cifra, especialmente en el mercado invernal, por un jugador que no tendría asegurado un puesto en el once inicial del Liverpool.
La apertura del mercado invernal en Inglaterra, donde se cerró el veraniego mucho antes que el resto de ligas potentes, abre la veda a todo tipo de especulaciones, pero la realidad es que si
Diego Carlos sigue a este nivel, en verano sí van a llegar ofertas muy serias por él y ahí el Sevilla tendrá que saber aguantar para elegir su mejor opción.