Es el
Getafe el típico equipo que parece no tener nada del otro mundo, hecho en teoría de retales y con un estilo de juego poco vistoso, pero que va a ser difícil bajarlo de la nube a la que ha vuelto a subirse, esta vez, incluso, con argumentos más sólidos y fiables. La mano de
José Bordalás, lógicamente, vertebra un proyecto en el que se ha repetido la fórmula del éxito, que pasa por apostar por futbolistas con hambre (empezando por los mejores delanteros de Segunda división el curso anterior) e inculcarles el ideario competitivo, pragmático hasta la extenuación, que empieza a convertirse en una seña de identidad propia de los azulones.
Una especie de
Atlético en miniatura, con honrosas excepciones y matices, y al que ha superado. Sólo la participación en
UEL ha condicionado su arranque, pero ahora se ha asentado en zona
Champions por delante incluso de los colchoneros.
El preparador alicantino prefiere el 1-4-4-2, con un doble pivote guerrillero y, en muchas ocasiones, doblando lateral. Con defensa férrea y adelantada para estrechar espacios, la presión alta permite a los madrileños iniciar en campo rival rápidas transiciones que, obviamente, dependen del estado de forma de la tripleta atacante, que está rindiendo a gran nivel. Es el
Getafe un equipo compacto, aguerrido y con una confianza extrema en lo que hace, dominio de las dos áreas y mejoría a balón parado incluidos.
El Getafe, uno a uno
David Soria: Su peor nivel
Es un meta seguro y fiable, pero este año está yendo de menos a más, con más errores graves.
Damián: Incansable
No da respiro a sus rivales. Aguerrido al corte. Lucha hasta el último instante. Ejecuta el balón parado.
Djené: En todos sitios
Central de alto nivel. Velocísimo, feroz y con gran capacidad de salto a pesar de su baja estatura.
Cabaco: Aún por estrenar
El elegido para reemplazar a Cabrera, aunque Bordalás aún no le ha dado bola en su equipo.
Olivera: Como en casa
Prioriza encimar al extremo rival y achicar agua a proyectarse por el carril izquierdo. Intenso.
Arambarri: 'Canchero'
Mediocentro de briega que realiza una eficaz presión. Con centro de gravedad bajo, duro y correoso.
Etebo: Kilometraje
Opción para refrescar al equipo con el depósito de gasolina lleno para hacer muchos kilómetros.
Nyom: Cumplidor
Mejor en la derecha que en la izquierda. Un jugador fuerte que no se arruga. Se aventura lo justo.
Cucurella: Un puñal
Desequilibrio a la vez que trabajo, siempre aporta llegando con mucho peligro desde el flanco izquierdo.
Ángel: Tercero en discordia
Mata y Molina tienen más minutos, pero no se esconde y lo da todo cuando le toca. Mordiente y maldad.
El crack: Jorge Molina
Está viviendo una segunda juventud, en gran parte porque se cuida y no se relaja. Responde a la confianza con goles y asistencias, capitaneando con orgullo a un Getafe en el que debe trabajar como el que más. Aprieta arriba, cae a banda con gusto (ya lo hacía en Heliópolis) y ha olvidado aquel sambenito que le perseguía (un delantero alto que no va bien de cabeza). Personalidad, jerarquía y una zancada que hace estragos un partido sí y otro también. La sensación es que no se le dio el crédito como bético que merecía por su trayectoria y por el momento de forma en que se encontraba.