De
capitán indiscutible a peso del que 'liberarse' enseguida. Si antes de diciembre nos hubieran contado un final así para
la historia de amor entre Alejandro 'Papu' Gómez y el Atalanta, al menos en Italia, nadie se lo habría creído. Todavía hoy parece imposible. ¿Cómo puede el
ídolo de la afición y líder absoluto del equipo convertirse en hombre mercado en contra de su propia voluntad?
La respuesta se encuentra en una noche de Champions League, precisamente la del 1° diciembre en el partido contra el
Midtjylland, cuando
la diatriba táctica entre míster
Gasperini y el Papu -un problema que venía arrastrándose ya desde hace meses- se enciende
hasta llegar a más de un enfrentamiento verbal en el vestuario y causar así
una ruptura definitiva e irreparable entre los dos. Bien, la aventura en Bérgamo del argentino se acabó exactamente en este momento.
Y pensar que fueron
59 sus goles y 252 los partidos jugados en
seis temporadas y media con la camiseta de la Dea... Números para la historia de
un club que el mismo Gómez hizo grande, junto con sus compañeros y con su entrenador por supuesto, tanto en Italia como en Europa. Sí, porque el Atalanta de los Percassi hoy juega uno de los mejores fútbol del mundo:
un calcio llamativo y atractivo, hecho de
intensidad, técnica y fantasía, que finalmente son
las mismas virtudes de su excapitán. Monchi lo sabe y, al presentarse
esta gran oportunidad de mercado, se mostró reactivo y bien preparado
. Una vez más.
Las historias de amor se acaban, sobre todo en el fútbol, y ni para Gómez ni para el Atalanta hubiera tenido sentido seguir así hasta junio: con el Papu no convocado y su club obligado a desperdiciar uno de sus capitales humanos más importantes,
era necesario encontrar una solución.
Es decir, mejor saludarse y pensar cada uno en nuevos retos y objetivos. Posiblemente ya no en el mismo campeonato, sino en países diferentes: los nerazzurri de hecho
no quieren reforzar a un rival directo como
Juventus, Inter y Milan a pesar de la
voluntad (inicial) del Papu y de su familia de
quedarse en Italia. En estas semanas llegaron
varias ofertas, por último la del
Cincinnati en MLS y también la del
Hertha Berlín de Alemania, pero "
si tiene que ser extranjero tiene que ser... Sevilla FC". Fue exactamente este
el mensaje del jugador a sus agentes, confirmando así con los hechos la simpatía declarada más veces hacia los nervionenses.
¿Qué fichaje pueden esperar los aficionados sevillistas? Un auténtico todocampista capaz de
conectar de maravilla el centro del campo con la delantera, un 'playmaker',
un '10' atípico y también un volante izquierdo/derecho que puede romper los equilibrios de cada partido y cada defensa con
goles, asistencias y magias de efecto. Es verdad,
hoy Gómez está cerca de cumplir 33 años y sus energías no pueden ser las mismas del pasado (por eso también nació la tensión con Gasperini, quien quiso cambiarle de posición avanzándole y quitándole la libertad de movimiento que siempre caracterizó su juego), pero en Nervión pueden estar tranquilos:
hay Papu para rato.
En Sevilla
le espera un contrato hasta 2023 y la posibilidad de encontrar una nueva isla feliz. Mejor dicho: su nuevo lugar en el mundo, donde consagrarse a un nivel de competencia aún más alto que en el Atalanta y olvidarse cuanto antes de la pesadilla vivida en estos últimos dos meses.
Para volver a sonreír y sobre todo a bailar, dentro y fuera de la cancha.