Lopetegui, al borde de un ataque de nervios

Aitor TorviscoAitor Torvisco 4 min lectura
"No quiere mirar, pero no es sordo. Lopetegui y un penalti en El Sadar". Así se anuncia el redes sociales un imperdible vídeo que refleja a la perfección la agotadora intensidad con la que el entrenador del Sevilla FC vive los partidos desde la banda. Sobre todo, cuando se trata de un encuentro con tantos duelos, tan emocionante y tan tenso como lo fue el del empate sin goles ante CA Osasuna de la noche del pasado sábado.

Las cámaras del conocido programa de Movistar+ 'El Día Después' grabaron la evolución de Lopetegui a lo largo de un encuentro que no pintaba nada bien desde antes incluso de que el colegiado hiciese sonar el pitido inicial. En el calentamiento previo al choque, Lucas Ocampos se lesionaba, se llevaba la mano al tobillo y expresaba claros gestos de dolor que desembocaron en un cambio de urgencia en el once que ya había facilitado el Sevilla FC. El extremo argentino se caía de la alineación y en su lugar entraba un Ivan Rakitic que aún no sabía que se convertiría en uno de los principales protagonistas del nerviosismo del técnico de Asteausu.

Un nerviosismo cada vez más justificado a medida que pasaban los minutos. En el 5', en una carrera entre el lateral izquierdo de Osasuna Manu Sánchez y el carrilero diestro del Sevilla FC Gonzalo Montiel, éste se frenaba en seco y se dejaba caer al césped con rostro contrariado. Lesión muscular -tendrá para dos o tres semanas como mínimo- y otro volantazo a los planes. Entraba el 'Tecatito' Corona para ocupar un puesto que luego abandonaría para actuar como extremo y se lo dejaría en la segunda mitad a otro de los actores principales de la película: Jules Koundé.




A sólo un minuto del 90', Osasuna ya se veía con un merecido empate tras el arreón final del Sevilla FC, que no encontró ocasiones muy claras pese a la insistencia y a su clara mejoría con los cambios tras una hora de partido obstusa. La afición continuó empujando a su equipo hasta que en el minuto 89 y 31 segundos Manu Sánchez tocó levemente a Koundé al intentar despejar el balón dentro del área.

Pizarro Gómez detuvo el encuentro. El miedo entró en el cuerpo de todos los presentes hasta que el silencio se hizo realidad cuando el colegiado decidió revisar la acción en el VAR. El madrileño lo tuvo claro y pitó penalti. Desde el toque del lateral osasunista hasta la transformación final de la pena máxima pasaron más de dos minutos. Sergio Herrera se fue hacia la barrera publicitaria para automotivarse con golpes en el pecho mientras los seguidores que se encontraban más cercanos le jalearon como si de una batalla final se tratase. A todo esto, Lopetegui no quería mirar, pero al mismo tiempo el incesante ruido en estadio le empujaba a hacerlo.

Ivan Rakitic, especialista desde los once metros esta temporada pese a sus discretos porcentajes en su primera etapa en el Sevilla FC, tomó carrerilla y eligió el palo izquierdo, pero Herrera adivinó la intención y despejó el tiro del exjugador del Barcelona. El Papu Gómez se fue a toda velocidad a por el rechace sin imprimir a su testarazo la fuerza necesaria para atravesar la línea de gol. Esta vez, el portero burgalés se quedó en posesión del esférico. También atrapó así un punto para su equipo y dejó al Sevilla FC con la sensación de haber perdido dos. Y Lopetegui, al borde de un ataque de nervios


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