Las historias, especialmente las polémicas, suelen tener más de una versión. Y ésta no es una excepción. El Sevilla FC ha querido salir al paso de las acusaciones por parte de Direct TV Sports, una de las licenciatarias de LaLiga para América Latina, tras el encontronazo entre el reportero Álex Candal y un empleado del club a la finalización del duelo liguero del pasado miércoles ante el Mallorca. El momento de tensión existió, como demuestra el vídeo colgado en Youtube, así como la denuncia de que hubo más que palabras con el trabajador nervionense, pero lo cierto es que desde la entidad blanquirroja tampoco quieren dar más vuelo del necesario, especialmente en un momento como éste en el que lo deportivo prima sobre cualquier otra cuestión, a un asunto sin más recorrido.
Efectivamente, la plataforma por satélite está acreditada para cubrir los partidos de la Primera división española. Se trata, como ocurre con Movistar Plus actualmente en España, de una cadena con derechos, aunque éstos se reducen a la posibilidad de hacer entrevistas tras los encuentros en la denominada como 'zona flash'. En ningún caso pueden estar en el césped y, muchísimo menos, recuerda una fuente nervionense de toda solvencia, realizar un programa distinto a la propia retransmisión o la toma de declaraciones hasta la hora que les plazca. Y es que el incidente en cuestión se habría producido en torno a la una de la madrugada, dos horas y media después de la finalización del Sevilla-Granada.
Huelga decir que los empleados de la institución hispalense no trabajan 24-7, como dicen los modernos. Tienen derecho al descanso cuando concluye su jornada de trabajo, como todo hijo de vecino. En la Avenida Eduardo Dato, y esto ya es una puntualización del que firma, tuvieron la deferencia de dejarles un rato, con algunas luces del Ramón Sánchez-Pizjuán encendidas, teniendo en cuenta que, por el cambio horario, les convenía estar en directo para el programa de resúmenes y debate que emite Direct TV en varios países suramericanos. El Sevilla FC matiza que se indicó a Álex Candal que tenían que recoger porque ya era muy tarde (según el horario español), recordándole que no podía permanecer en esa ubicación, aunque antes se hubiese hecho la vista gorda.
Se le dio unos minutos, pero el venezolano, tajante, aseguró que no se movería de allí, instando a su interlocutor a llamar a la Policía para desalojar al equipo desplazado, una respuesta que, obviamente, hizo que el empleado del club subiera el tono, ya que el informador no atendía a razones. Una versión que contrasta con lo difundido por la plataforma mediática, si bien todo pudo deberse a un malentendido y que los periodistas creyeran poder ejercer hasta altas horas en la zona del estadio que eligieran, bien porque les hayan dejado en otros escenarios o porque estuvieran probando los límites de sus derechos, aunque ellos mismos aclaran que siempre les trataron muy bien en Nervión. Lo justo, claro, es ofrecer las dos partes de la historia. Y aquí está la que faltaba.
Óscar Murillo4 min lectura