Andrey Rublev toca fondo en Los Cabos

Andrey Rublev no va a recordar el 2025 como el mejor año de su carrera, pues el ruso no levanta cabeza. Ya desde que en el Open de Australia fuera eliminado en su estreno por Joao Fonseca no se auguraban buenas cosas, y con el paso del tiempo ha ido a peor. Pese a que había conseguido volver al top 10 de la ATP después de una gira de hierba muy correcta, en la que estaba jugando bien y le complicó la vida a Carlos Alcaraz en octavos de Wimbledon, esta semana tenía una oportunidad de oro. El torneo de Los Cabos, en México, es la primera toma de contacto con la pista rápida en Norteamérica y en él era el gran favorito, pero ha dicho adiós de forma inesperada en semifinales.

El ruso se medía al estadounidense Aleksandar Kovacevic, un jugador potente y peligroso, pero al que en circunstancias normales debería ganar sin muchos problemas. Sin embargo, el 76 del ránking dio la sorpresa al derrotarle en tres sets, por 3-6, 6-4, 6-4, tras una gran remontada donde 'Ruble' acusó una bajada de nivel muy drástica. Porque fue mejor en el primer set, en el que dominó gracias a una efectividad muy alta con los primeros, de la que se ayudó una vez que rompió el saque del 'yankee' en el primer juego.

Sin embargo, el segundo fue otra historia, pues el estadounidense aumentó la solidez de su saque y rompió el servicio del europeo hasta en dos ocasiones, lo que le permitió que aún concediendo un break, pudiera cerrar el set y forzar el tercero y definitivo. Este tercer parcial fue muy reñido, hasta que en el noveno juego Kovacevic quebró y, tras confirmarlo, se llevó el triunfo hundiendo a un Rublev frustrado ante sus 39 errores no forzados.

La gran final, contra Shapovalov

Kovacevic disputará el título este sábado con el canadiense Denis Shapovalov, el tercer favorito, quien no falló, derrotando por un doble 6-2 al australiano Adam Walton. Shapovalov, jugador 33 del mundo, mantuvo el buen tenis que ha mostrado en la semana y dejó sin capacidad de respuesta a su rival, raqueta 97 del mundo. Partiendo de la base de un servicio muy certero y de 24 golpes ganadores que no dieron opción al 'aussie', consiguió romper en dos ocasiones en cada set, para colarse así en una nueva final y buscar el 4º título ATP de su vida.