Carlos Alcaraz confiesa sus excesos
El tenista murciano ha revelado cómo intenta gestionar la presión y las ganas de seguir compitiendo, semana tras semana, con un calendario tan exigente

Carlos Alcaraz lo ha vuelto a hacer. El murciano ha mostrado, una vez más, su lado más íntimo y personal. Con sencillez, sin paños calientes y siendo transparente al cien por cien. Porque no tiene miedo al qué dirán. Lo que le funciona no lo piensa cambiar.
Ha sido en una entrevista en Financial Times donde el tenista español ha confesado que se da todos los caprichos que su mente necesita para seguir viendo la vida como lo que es, un regalo. Y la presión de un calendario como el de la ATP la gestiona con pequeños excesos que le vienen muy bien para desconectar.
"Me encanta jugar al tenis. Es mi pasión, es lo que he elegido, es lo que me gusta. Al final, es como todo lo demás. Si juegas todos los días y no te tomas un descanso para desconectar, esa emoción se va desvaneciendo. Por eso siempre intento encontrar momentos de diversión, de ganas de vivir. Me como una hamburguesa antes, durante o después de un torneo. Siempre me permito algún postre, algo de chocolate, eso no me supone ningún problema. ¿Cómo lo celebro? Quizás cuando vuelvo a casa. La comida de mi madre siempre es la mejor, y bebo champán y Coca-Cola, algo que no hago durante los torneos... Sin excederme, por supuesto".
Por otro lado, ha confesado cómo es su verdadera relación con Sinner, el número uno del mundo y su máxima competencia ahora mismo: "Las provocaciones llaman mucho la atención. A la gente le gusta mucho la idea de que haya fricción entre nosotros. Eso es lo que vende. Aunque el tenis es un deporte individual, estamos con los mismos jugadores todas las semanas, día tras día. Jannik y yo, que hemos librado grandes batallas en la pista, nos vemos mucho fuera de ella. Hablamos, a veces entrenamos juntos, y al final se forja una buena relación, una relación bonita. Queremos ganar y superarnos mutuamente, pero fuera de la pista, ser buenas personas y llevarnos bien es otra cuestión. Para mí, esa es una de las virtudes y valores del deporte".
Por último, el de El Palmar se ha pronunciado sobre una de las armas más peligrosas que tiene a día de hoy la sociedad: "Uso mucho las redes sociales y no es un entorno muy bueno, por no decir horrible. Se han convertido en una herramienta muy importante para el trabajo, pero a nivel personal es un mundo muy feo. Al final, nada de lo que hay es real. La gente muestra una vida que no es realmente la suya, una cara que no es la suya. Aparte de eso, hay mucha gente que te puede hacer daño con un simple comentario. No hay peor arma que las palabras".