Carlos Alcaraz destrona a Djokovic en Wimbledon y entra en un selecto grupo

El tenista murciano se hace con su primer Wimbledon derrotando a toda una leyenda, el serbio Novak Djokovic, por 1-6, 7-6 (6), 6-1, 3-6 y 6-4 y se cuela en un selecto grupo

Carlos Alcaraz destrona a Djokovic en Wimbledon y entra en un selecto grupo
Carlos Alcaraz se corona en Wimbledon. - Twitter / @Wimbledon
Sara Portillo MayaSara Portillo Maya 7 min lectura

Desde que firmara una gran actuación en Queen's, Carlos Alcaraz se dio cuenta de que en hierba también puede triunfar. El tenista murciano no vivió una tarde sencilla, más bien todo lo contrario. No es para menos, ante sí tenía al serbio Novak Djokovic en un partido que era como una especie de 'revancha' después de lo sucedido en Roland Garros, donde unos calambres privaron al español de la victoria. Y al aficionado de disfrutar de un gran partido. En esta ocasión... la historia fue diferente. Eso sí comenzó de una forma muy complicada para Carlos Alcaraz, que cayó en el primer set por 1-6. Tuvo que pelear de lo lindo para coronarse en una final que concluyó con un 1-6, 7-6 (6), 6-1, 3-6 y 6-4.

Con esto, logra levantar su primer Wimbledon y cumplir el sueño que tenía de pequeño ganando en el Grand Slam londinense, en 'la Catedral del Tenis'. Y lo hizo, para más inri, ante uno de los mejores tenistas de la historia. Poco que reprochar al tenista murciano, que entra en un selecto grupo donde solo hay cinco españoles, los que han conseguido antes que él levantar el premio en el Grand Slam londinense. Se coloca al lado de los históricos Manolo Santana, Conchita Martínez, Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza.

Al lado de los más grandes de la historia, el jovencísimo Carlos Alcaraz con sus 20 años, tiene escrito su nombre. Es el mejor del mundo. Y así lo ha demostrado en un partido que inició cuesta arriba. Tuvo que crecerse poco a poco y pelear. Novak Djokovic era el rey, y no le iba a poner las cosas sencillas. Esta vez el murciano no se dejó llevar por los nervios y pudo competir. En una tarde histórica para el tenis, en la que Novak arrancó cayendo al suelo pero barriendo en el primer set a Alcaraz, logró desesperar al tenista español. 6-1 terminó el primer set, todo un palo para que Carlos Alcaraz viera peligrar su sueño, pero no quiso centrarse en pensar así. Tiró de inteligencia, pero también de corazón y coraje, se levantó dispuesto a seguir escribiendo los libros de historia.

Hasta siete veces había ganado Djokovic en la Catedral del Tenis, pero no sería motivo suficiente para que Alcaraz no creyera en sus posibilidades. Con humildad, pero con valentía compitió de tú a tú y ofreció una mejor cara en el siguiente set. 2-0 se puso de inicio... pero no se pudo colocar 3-0. Cedió demasiado y eso lo aprovechó el serbio, que terminó igualando el marcador. Salvó Djokovic un 40-40 con todo un 5-4 en contra. Y llegó vivo a las orillas del 'tie break'. Dos potentes saques le hicieron adelantarse, pero Alcaraz nuevamente colocó la igualdad con el 3-3. Dos errores del serbio, muy raros en él (no cerrar un parcial es de lo más extraño que se le ha visto), Carlos Alcaraz puso punto de set.

Quizás fue ese el punto de inflexión de un duelo que provocó el deleite de todos los que pudieron presenciarlo. A punto estuvo Carlos de colocar un 0-2, pero al final se fueron los tenistas con 1-1 a la silla. El murciano comenzaba a disfrutar del juego y eso son buenas noticias. Aparcó los nervios, los calambres esta vez no aparecieron y sacó a relucir una versión dominante. Actitud de líder. Logró colocar el marcador 3-1 a favor y se jugó entonces sobre el saque de Djokovic un juego que casi llega a la media hora (27 minutos). Se lo llevó el tenista español y su grito... queda guardado para la posteridad.

Pero Djokovic seguía agarrado a su trono, no quería dejar que nadie más se sentara. Se revolvió se llevó un set en el que no llegó a desarrollar su mejor juego. Así el partido llegó al quinto set. Hasta en doce ocasiones Novak Djokovic había llegado a esa parte de la historia. Sólo perdió en 2006, contra Mario Ancic. Aguantó el primer saque, salvó bola de rotura, y genero otra sobre el servicio de Alcaraz. La pelota la tuvo ganada en tres ocasiones, pero el español logró aguantar hasta forzar que el serbio rematara a duras penas, de forma fallida. Un fallo del que no se olvidará nadie, el serbio perdió ese punto y los tres siguientes juegos. Se enrabietó y tiró de mala gana la raqueta. Su frustración ya era síntoma de derrota. Pero el partido no había terminado.

No obstante, a Djokovic se le habían desestructurado los planes en la cabeza, se hizo daño (al parecer) en la muñeca, y terminó descentrado el partido. En el último punto, estrelló un revés en la red. Ahí terminó todo y Alcaraz fue consciente de que había cumplido su sueño de niño. Sonrió, corrió al palco y se rodeó de la gente que siempre está. Su padre y su madre se abrazaron y Juan Carlos Ferrero no pudo evitar llorar. No es para menos: Alcaraz es número uno del mundo, quinto español que se corona en Wimbledon y ostenta una copa dorada (el título más grande que ha logrado en su, todavía, joven carrera).

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