El día de la nueva 'Bestia' de Roland Garros

El brasileño Thiago Seyboth Wild, tras derrotar al número 2 del mundo, el ruso Daniil Medvedev, se mide al argentino Guido Pella en segunda ronda y quiere seguir siendo la sensación del torneo. Su ídolo es Rafa Nadal

El día de la nueva 'Bestia' de Roland Garros
Thiago Seyboth Wild sonríe tras cargarse a Daniil Medvedev. - Twitter / Roland Garros
Alberto GálvezAlberto Gálvez 4 min lectura

Además de Carlos Alcaraz, hay otro tenista en París que está llamado a ser una de las sensaciones de este Roland Garros 2023. Es el brasileño Thiago Seyboth Wild, de 23 años, que el pasado martes se cargó al número 2 del mundo Daniil Medveded en primera ronda después de cinco sets.

Su segundo apellido traducido del inglés significa 'salvaje' y son muchos los que bromean cuando le preguntan después de los partidos. Tras su gran victoria ante el tenista ruso, fue halagado en rueda de prensa, donde le aseguraron que había "sido una bestia en la pista". Y con una sonrisa de campeón, contestaba así: "Esa broma me la han hecho mil veces, pero sigue viva".

Tras dar la primera campanada del torneo, sacando en el primer envite al segundo favorito, algo que no había pasado desde que el estadounidense Peter Sampras cayó en su debut en 2000 contra el australiano Mark Philippoussis, hoy se mide en segunda ronda a Guido Pella, de 33 años. De manera que, sobre las 13:30 horas, París vivirá un duelo Brasil-Argentina sobre la pista 9.

"Es sin duda el día más feliz de mi vida", aseguraba tras vencer a Medvedev, al tiempo que reconocía quién era su verdadero ídolo: "A Rafa le he admirado toda mi vida. Soñaba con jugar contra él aquí. Espero que algún día pueda hacerlo. Es mi ídolo desde siempre. La forma en la que juega y gana, la fuerza que pone en la pista, es algo increíble. No se ve muy a menudo, no se ve en otros tenistas".

Nacido en Marechal Cândido Rondon, en la frontera con Paraguay pero afincado en Río de Janeiro, se impuso por 7-6(5), 6-7(6), 2-6, 6-3 y 6-4 a todo un exnúmero 1 del mundo el pasado lunes, sobre la misma tierra batida donde su compatriota Gustavo Kuerten dibujó a finales del siglo pasado un corazón con el que enamoró a toda una ciudad. Y, por supuesto, recuerda con orgullo a su compatriota: "Le admiro como todos los brasileños, o mejor dicho, como todos los amantes del tenis".

Este brasileño apuntaba muy alto ya en júnior, cuando llegó a estar entre los 10 mejores del mundo y tras una victoria en Santiago de Chile, llamó a la puerta del top-100 de los profesionales. Eso sí, su mejor clasificación fue el puesto 106, antes de que las lesiones le hicieran caer hasta los 400.

"Creo que me he demostrado a mi mismo que el trabajo sin descanso es la única manera de triunfar. Estoy muy feliz, con confianza, pero este torneo no ha terminado. He trabajado mucho para llegar aquí y ahora sé que todo es posible", subrayó en una rueda de prensa que le acabarían amargando cuando le preguntó un periodista sobre las acusaciones de violencia de género que hizo su expareja: "No creo que este sea el lugar ni el momento para hacer esa pregunta".

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