Djokovic pierde los nervios en Ginebra
El serbio, que tenía ganas de cobrarse la revancha con Matteo Arnaldi, no pudo ocultar su frustración durante una fase del partido y la pagó con su raqueta

Sopló las velas pero también resopló en la pista en ciertos momentos de su último partido. El serbio Novak Djokovic, segundo favorito, celebró su 38 cumpleaños con un cómodo triunfo ante el italiano Matteo Arnaldi por un doble 6-4 que le da el pase a las semifinales del torneo de Ginebra, donde se medirá al británico Cameron Norrie.
Y es que el balcánico quiere regalarse, antes de Roland Garros, su título número cien en la ATP tras una sequía que se prolonfa desde finales de 2023. Además, se cobró la revancha ante un rival italiano que le apeó en el último Masters 1000 de Madrid, donde el tenista transalpino se impuso el 26 de abril por 6-3 y 6-4.
Arnaldi, octavo cabeza de serie, no tuvo opciones ante un adversario que, pese a llevar casi un mes sin competir, esta vez se mostró superior en su camino a su próximo gran reto, el torneo parisino de Roland Garros.

En el primer set el serbio rompió el servicio el italiano en el tercer juego y mantuvo el suyo, cerrando la manga con un 6-4 y en el segundo reaccionó el italiano, que se puso 4-1 arriba en busca de empatar el partido, aunque Djokovic logró encadenar cuatro juegos consecutivos que le permitieron cerrar su pase a semifinales por la vía rápida.
Pese a que venció en dos mangas, no fue un partido cómodo para 'Nole', quien no estaba dispuesto que nada ni nadie le robara su fiesta de cumpleaños en Ginebra. Por eso, hubo un momento del partido en el que dio paso a su otro yo. Sacó la furia y el genio que lleva dentro para pagar su frustración con su raqueta.
Porque a Djokovic le da igual que sea un ATP 250, quiere quitarse esa espinita antes de llegar a la cita parisina para conseguir uno de los propósitos que le quedan en su carrera y, de paso, romper con esa barrera que se le está haciendo cada vez más pesada.
Así, en el segundo set, cuando el italiano le rompió el servicio, el campeón de 24 Grand Slams estampó su raqueta en el suelo fruto de la impotencia por el resultado. Eso sí, dicho momento le sirvió como punto de inflexión para no dar lugar a la sorpresa y todo terminó con un final feliz para el serbio, ya que volvió a ganar por 6-4.