Francisco Salas3 min lecturaLa temporada de tierra batida no se puede entender sin esos obreros del tenis que se hacen grandes a base de jugar al máximo nivel durante los meses de abril y mayo, peleando contra quien sea que tengan enfrente, y muchas veces ganando partidos imposibles. Pero sobre todo, luchando, sin dar una bola por perdida y dando sustos a grandes estrellas. Entre estos obreros del tenis hay muchos españoles, los últimos exponentes de un tenis del pasado, que han despedido este lunes en el Conde de Godó a uno de los de su especie, Albert Ramos, quien se retira este curso y ha dicho adiós por última vez al torneo barcelonés, el de 'casa'.
El rival que tenía enfrente el de Mataró era ni más ni menos que una de las grandes estrellas de futuro del tenis, Holger Rune. Tras pasar por problemas intestinales que le costaron la eliminación en el Masters 1000 de Montecarlo, llegaba a la Ciudad Condal con muchas ganas de lucirse y tenía un rival muy duro, al menos más de lo que el ranking explica, pues está fuera del top 200. El veterano tenista de 37 años ha querido lucirse y lo ha hecho poniendo contra las cuerdas al joven danés, que al final se ha llevado el triunfo en dos sets.
Rune era muy favorito, pero Ramos, un guerrero, ha querido pelear hasta la última gota de sudor y lo ha conseguido. En el primer set ha aguantando sus saques, y de hecho, en muchos tramos ha dominado el juego, estando cerca de la rotura varias veces, aunque no llegaba a darse. Y con jugadores de este calibre perdonar puede ser fatal, como ha terminando siendo. En el undécimo juego, cuando ya se avistaba el desempate, Rune ha roto el saque del español y no ha fallado al saque para cerrar el parcial.
La segunda manga ha sido otra historia, pues el golpe de verse por debajo ha afectado a Albert, que ha comenzado cediendo un 'break', sin embargo, en lugar de irse del partido, le ha dado la vuelta a base de mucha garra, corriendo todas las bolas y así ha conseguido empatar en el sexto juego. Sin embargo, ha sido el principio del fin, porque no lo ha podido confirmar y al final ha terminado cediendo 6-4, poniendo fin a su última aparición en su torneo favorito. También ha recibido un bonito homenaje que le ha sacado unas lágrimas. Ahora solo queda esperar al momento, muy próximo, en el que cuelgue para siempre la raqueta.