El US Open... ¡En alerta!

Nueva York se prepara para recibir el US Open enfrentándose a un desafío inesperado: una ola de calor intensa que amenaza con superar los 38 °C en el Billie Jean King National Tennis Center

El US Open... ¡En alerta!
Fritz y Sinner en la final del US Open 2024 - Cordon Press

Las temperaturas elevadas transforman el US Open en una auténtica prueba física. No solo los tenistas, que deberán rendir al máximo bajo estas condiciones, sino también los espectadores y los equipos de trabajo afrontarán jornadas agotadoras. La sombra, la hidratación constante y la gestión de los descansos serán clave para evitar incidentes durante los partidos, especialmente en las sesiones diurnas, cuando el sol aprieta con más fuerza.

La historia reciente del torneo ha estado marcada por fenómenos climáticos extremos. En 2021, el huracán Ida paralizó varias rondas y obligó a reprogramar encuentros, generando un caos temporal en el calendario. Ahora, el problema es distinto: un sol abrasador que puede elevar la temperatura de las pistas hasta los 50 °C en algunas franjas horarias, lo que convierte a los partidos en una batalla no solo contra el rival, sino contra el propio calor.

Protocolos para proteger a jugadores y público

Jake Garner, árbitro principal del torneo, ha reconocido que el seguimiento meteorológico es constante y detallado. “Reviso los partes del tiempo más veces de las que quisiera admitir”, confesó. Esta vigilancia ha motivado a la organización a diseñar protocolos específicos para lidiar con esta situación, desde el uso de techos retráctiles en los estadios Arthur Ashe y Louis Armstrong, hasta la activación de descansos adicionales durante los partidos.

Uno de los sistemas empleados es el WetBulb Globe Temperature (WBGT), que mide el estrés térmico real considerando temperatura, humedad, radiación solar y viento. Cuando el índice supera los 30 °C, se aplican medidas especiales como pausas extras de diez minutos entre sets, zonas de enfriamiento obligatorias para los jugadores y la apertura parcial de techos para reducir la exposición directa al sol.

La voz de los jugadores

Las preocupaciones de los propios jugadores han sido una constante. En 2023, el ruso Daniil Medvedev lanzó una advertencia fuerte sobre el peligro que representa jugar bajo estas condiciones, asegurando que “un jugador morirá y lo verán”.

El público, por su parte, también se ve afectado. Para proteger su salud, la organización distribuye ventiladores portátiles y paraguas gratuitos, además de incrementar los puntos de agua potable. Los mensajes sanitarios insisten en la importancia de hidratarse, evitar la exposición directa al sol y buscar sombra siempre que sea posible.

Pero los intereses económicos, las audiencias televisivas y las tradiciones dificultan cambios radicales. Por ahora, el US Open se encomienda a potenciar las sesiones nocturnas, donde la temperatura desciende y se combina seguridad con espectáculo para los aficionados.