Final inesperado en la NBA
Los Indiana Pacers vuelven a pasar por encima de un rival en el último cuarto y, por ahora, mandan 2-1 en las finales de la NBA tras ganar a los Thunder en el primer partido de Indianápolis

Si hay algo que los Indiana Pacers han demostrado a lo largo de estas eliminatorias es que no pueden llegar vivos al último cuarto, porque en ese caso, el rival de turno lo va a pasar mal. Ya le ocurrió a los Bucks y, especialmente, a Cavaliers y Knicks, y ahora lo están sufriendo los Oklahoma City Thunder en las Finales.
Ese parece ser el 'territorio Haliburton', donde aparece el base del equipo de Indianápolis para liderar a un conjunto en el que todos suman y que, tras ganar el tercer partido de la serie (116-107) domina las Finales de la NBA por 2-1.
Como tantas veces se ha visto en estas últimas semanas, los Indiana Pacers llegaron por debajo al inicio del último cuarto y acabaron mandando en el marcador. La intensidad del equipo local en un tramo donde el cansancio aprieta pudo con los Thunder. Ahí apareció la unidad B, los McConnell, Mathurim o Toppin para frenar, especialmente, a dos de las tres principales estrellas de los Thunder, el MVP Shai Gilgeous-Alexander y el referente dentro, Chet Holmgren. Con sólo Jalen Williams no fue suficiente.
"Ellos fueron agresivos. Fueron arriba en los 'pick-and-roll'. Fueron más agresivos y contundentes", reconocía Gilgeous-Alexander, quien señalaba como clave esa intensidad en los muchos balones perdidos por su equipo. "Empieza por mí -el problema de las pérdidas-. Pero tenemos que devolver esa presión, especialmente si quieres ganarle a un equipo así fuera de casa. Tienes que ser el equipo más contundente, por supuesto", añadía.
La 'zona Haliburton' decide otro partido
Antes de ese final, el partido había sido una lucha intensa, con parciales y dominio alterno, que llevó a un desenlace en el que mandaban los Thunder, pero el partido estaba en un puño. Y ahí, como en otras ocasiones, los Pacers sacaron partido. Tyrese Haliburton firmó su mejor actuación de las Finales y rozó el triple-doble con 22 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias.

Pascal Siakam fue el otro anotador más consistente (21 puntos y 6 rebotes), pero la ayuda desde el banquillo de Bennedict Mathurin (27 puntos y 10 puntos en el último cuarto) y T.J. McConnell (10 puntos, 5 asistencias y 5 robos) fue la que decantó la balanza.
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La gran defensa realizada sobre Shai-Gilgeous Alexander (24 puntos, 9 de 20 en tiros y 8 rebotes) fue clave e hizo que el MVP perdiera seis balones, algo inédito a lo largo de su carrera a estas alturas. Jalen Williams (26 puntos y 6 rebotes) y Chet Holmgren (20 puntos y 10 rebotes) también aparecieron, pero las pérdidas (21) y la intensidad local en el tramo final marcaron diferencias.