Los Kings firman un inicio histórico… para olvidar

Sacramento iguala su peor arranque: 3 victorias en 16 partidos y ocho derrotas seguidas por doble dígito

Los Kings firman un inicio histórico… para olvidar
Los Sacramento Kings están firmando un dramático inicio de campaña. - Cordon Press

Los Sacramento Kings siguen en caída libre. El equipo californiano desperdició una ocasión idónea para tomar aire frente a unos Memphis Grizzlies muy mermados, sin Ja Morant ni Jaren Jackson Jr., y terminó encajando un contundente 137-96 que prolonga una dinámica que ya roza lo insostenible.

Con esta derrota, los Kings firman un 3-13 que iguala el peor inicio en los primeros 16 partidos de la historia de la franquicia, acompañado además por un dato demoledor: ocho derrotas consecutivas por más de diez puntos y cuatro de ellas por márgenes superiores a los 27. Ni siquiera el regreso de Keegan Murray, ausente durante quince encuentros por una lesión en el pulgar, logró alterar un rumbo que parece torcido desde la pretemporada.

Murray vuelve, pero la crisis no se mueve

La ilusión duró poco. Al comienzo del último cuarto, Sacramento ya perdía por 37 puntos y Doug Christie optó por sentar a sus veteranos, Russell Westbrook, DeMar DeRozan y Zach LaVine, para evitar males mayores en un choque que hacía rato había dejado de estar competido. LaVine fue el mejor de los suyos con 26 puntos y buenos porcentajes, pero Murray y Westbrook apenas pudieron sumar once puntos cada uno, mientras que DeRozan se quedó en siete.

Nada de eso compensó una defensa incapaz de contener a Memphis, que rozó el 51% de acierto y encontró en Santi Aldama, autor de 29 puntos, y en el suplente Jock Landale, con 21, dos amenazas que los Kings nunca supieron frenar.

Christie, que hace dos semanas lanzó un mensaje público muy duro a sus estrellas tras caer ante Atlanta, se expresó de forma más templada esta vez. "Ellos conocen el mensaje. Lo que les digo a ustedes no es necesariamente lo que les digo a ellos", comentó, recordando que no todo lo que se cocina en el vestuario trasciende.

A este naufragio se suma la baja prolongada de Domantas Sabonis, que sufrió una rotura parcial del menisco de la rodilla izquierda y no será reevaluado hasta dentro de tres o cuatro semanas.

Un proyecto que pierde sentido

El contraste con el pasado reciente es evidente. En febrero de 2022, los Kings apostaron por reconstruir su identidad alrededor de Sabonis tras enviar a Tyrese Haliburton a Indiana. Un año después, de la mano de Mike Brown, conquistaron la División Pacífico por primera vez desde 2003 y regresaron a los playoffs con un baloncesto atrevido y electrizante, aunque terminaron cayendo en siete partidos frente a los Warriors.

Desde entonces, el globo se ha ido desinflando. La eliminación del curso pasado derivó en la destitución de Brown y en un nuevo volantazo que culminó con el traspaso de De’Aaron Fox a los Spurs antes del cierre del mercado de febrero. Lo que prometía ser un proyecto ascendente se ha convertido en un rompecabezas que cambia de forma cada pocos meses.

El futuro, entre incógnitas

El desplome no se explica solo por las lesiones. La defensa es una de las peores de la liga, con un índice de 121,8 que apenas supera a los de Pelicans, Wizards y Nets, y en ataque ni siquiera los perfiles más fiables encuentran consistencia.

En este contexto, la directiva liderada por el recién llegado Scott Perry intenta definir un rumbo pero las dudas sobre el valor de mercado de sus principales jugadores complican cualquier reconstrucción. LaVine afronta una opción de jugador millonaria en 2026, DeRozan tiene solo una parte garantizada de su salario para ese mismo año, y Sabonis es agente libre en 2028 con un contrato ascendente que condiciona cualquier movimiento. La temporada es larga, pero el margen de error empieza a evaporarse.