El origen del All-Star: así nació el show del baloncesto moderno
La gran fiesta de la temporada NBA (y otras competiciones) fue promovida en los años 50 con el objetivo de captar más público

El All-Star es el gran reclamo de la NBA. Esa es la base con la que la competición estadounidense le dio cabida en su temporada durante la década de los 50, y con esa misma 'sobrevive' hoy día como un espectáculo quizás algo venido a menos, pero que que igual modo reúne a millones de telespectadores a lo largo del planeta. Pues bien, ahora toca bucear en su origen.
Con la competición de baloncesto estadounidense en sus primeros años de vida, la falta de arraigo hizo que se trazase un plan para captar más público al estilo de otros deportes del país norteamericano. Así, podemos decir que el All-Star Game se inspiró en eventos similares de otras ligas, pudiendo enumerar la Major League Baseball (MLB), la cual empezó en 1933 a celebrar un partido de las estrellas.
Viendo tal recorrido en el beisbol, fue Walter A. Brown, propietario de los Boston Celtics en 1951, quien propuso dar forma a un evento que sirviese para mostrar el talento de los mejores jugadores de la liga. Lejos de quedarse solo con su idea, le apoyaron el por entonces comisionado Maurice Podoloff, así como el ejecutivo Haskell Cohen, para decidir el formato del partido.
Ya con todo en su sitio, fue el Boston Garden el escenario elegido para el primer partido entre la Conferencia Este y la Conferencia Oeste, el cual tuvo lugar el 2 de marzo de 1951 para caer de lado de los primeros por un claro 111-94. El MVP fue para Ed Macauley, jugador justo de los Celtics.
Fue todo un existe. En plena lucha con la NFL y la MLB por establecerse ante el gran público, el All-Star Game hizo que la por entonces BAA tomase otra dimensión, una en la que sin la presión de un partido oficial las grandes estrellas podían mostrar todas sus habilidades, dando lugar a una serie de acciones espectaculares que solo se podían apreciar en una noche de la temporada.
La evolución del All-Star
Entre ese primer All-Star y el fin de semana de las estrellas que tenemos en el presente hay grandes diferencias. Para empezar, fue en 1953 cuando se introdujo el sistema de votación para seleccionar a los titulares, inicialmente por periodistas y más tarde por aficionados, haciendo que la aceptación del público se disparase.
Respecto a los diferentes concursos, el de mates llegó en 1984 y el de triples en 1986. Fue una década dorada para la NBA con figuras de la talla de Magic Johnson, Larry Bird y Michael Jordan, además de la aparición del Dream Team en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
El All-Star, sinónimo de impacto cultural
El actual All-Star es mucho más que baloncesto. Más allá de ser un escaparate enorme para que la NBA se publicite, se ha convertido además en un fin de semana de enorme impacto cultural. Adenás de las canastas y los diferentes concursos –en el presente también tenemos el de habilidades–, hay música, hay famosos, hay hasta negociaciones... Sí, como producto global que es, el All-Star es parte de la inmensa oferta de la liga estadounidense, un espectáculo universal.