Pozuelo se encomienda a un juez para aclarar su situación

La tesitura contractual de Alejandro Pozuelo, adelantada por ESTADIO Deportivo el pasado 11 de diciembre de 2012, experimentó este martes una nueva vuelta de tuerca al presentar sus abogados una demanda en los Juzgados de lo Social de Sevilla para que sea una autoridad superior la que dictamine si su contrato expira o no el próximo 30 de junio, como defiende la empresa que representa al jugador, Promoesport Andalucía. En definitiva, el trianero se pone en manos del juez para que aclare su situación, ya que no hubo acuerdo con el Betis durante la comparecencia de la semana pasada en la sede hispalense del Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación (CMAC).
La resolución podría dilatarse más de un año, si bien la legislación deportiva, como ha ocurrido en otros precedentes, le permitirá irse a otro equipo, llegado el caso, mientras se fija la indemnización correspondiente para el club, que se calculará en función de las temporadas que, en teoría, restasen por cumplir (dos, en este caso), su sueldo y otros parámetros.
La de ayer no fue una jornada sencilla para Pozuelo, tras la publicación en ‘Diario de Sevilla’ de su decisión unilateral de romper la baraja para rescindir con el Betis. Y, por desgracia para él, es la primera de muchas hasta el final del presente ejercicio. Ya el pasado fin de semana se quedó inesperadamente fuera de la convocatoria para la visita a Mestalla, por lo que habrá que comprobar si el pulso con la institución le acarrea consecuencias deportivas, amén de la respuesta de la afición en próximos entrenamientos y partidos. Porque el juicio público es inevitable, sobre todo si, como hasta la fecha, ninguna de las partes se pronuncia públicamente, dando por buena la versión.
Este diario está en condiciones de ampliar la información difundida hace tres meses, pues entiende de justicia que el lector conozca todos los detalles para hacerse una idea más completa del entuerto. Como ya se publicó, la empresa que representa a Pozuelo, Promoesport Andalucía, apela al artículo 6 del Real Decreto 1006/85, que establece que “la relación laboral especial de los deportistas profesionales será siempre de duración determinada”. A esta fórmula se han acogido ya muchos futbolistas, entrenadores y baloncestistas que deseaban marcharse sin esperar al final de sus contratos, aunque, en este caso, el punto de discordia está en la prórroga que se pactó en su día y que el Betis, como pasa con Nono, Vadillo o Vilarchao, ha ejercido de manera unilateral.
El club entiende que puede ampliar el contrato de Pozuelo hasta 2015, mientras que los asesores del atacante creen que no. Éstos denuncian presiones en el verano de 2011 para la rúbrica de ese documento -se le excluyó de la pretemporada del primer equipo hasta que lo firmó- y un pacto verbal entre el entonces director de cantera, José Antonio Gordillo, y el representante del trianero, Enrique Rosado, que no se habría respetado. Según este último, el alto directivo le prometió verbalmente que las cantidades económicas durante esa prórroga eran simbólicas y que se revisarían si el chico se afianzaba en el conjunto matriz, como sucedió.
Rosado lo refirió a Stosic a principios de este ejercicio, pero, tras una consulta del serbio con los rectores béticos, no hubo más comunicación oral, sino exclusivamente mediante burofaxes en los que se instaba al trianero a rubricar la extensión de su contrato. Además, el entorno del ‘11’ asegura que el director deportivo verdiblanco contactó con el padre de Pozuelo para pedirle que éste cambie de representantes, lo que también le habría recomendado otra persona más del cuerpo técnico.
Según comunica Promoesport a ED, en los próximos días se emitirá un comunicado aclarando varias cuestiones, entre ellas que la demanda por lo social no persigue la rescisión del contrato, sino la aclaración por parte de un juez al no haber acuerdo entre las partes sobre la finalización del mismo. La citada agencia ha esperado un tiempo prudencial la llamada del Betis para renegociar las condiciones y, aun con una sentencia favorable, no se cerraría a renovar.
La resolución podría dilatarse más de un año, si bien la legislación deportiva, como ha ocurrido en otros precedentes, le permitirá irse a otro equipo, llegado el caso, mientras se fija la indemnización correspondiente para el club, que se calculará en función de las temporadas que, en teoría, restasen por cumplir (dos, en este caso), su sueldo y otros parámetros.
La de ayer no fue una jornada sencilla para Pozuelo, tras la publicación en ‘Diario de Sevilla’ de su decisión unilateral de romper la baraja para rescindir con el Betis. Y, por desgracia para él, es la primera de muchas hasta el final del presente ejercicio. Ya el pasado fin de semana se quedó inesperadamente fuera de la convocatoria para la visita a Mestalla, por lo que habrá que comprobar si el pulso con la institución le acarrea consecuencias deportivas, amén de la respuesta de la afición en próximos entrenamientos y partidos. Porque el juicio público es inevitable, sobre todo si, como hasta la fecha, ninguna de las partes se pronuncia públicamente, dando por buena la versión.
Este diario está en condiciones de ampliar la información difundida hace tres meses, pues entiende de justicia que el lector conozca todos los detalles para hacerse una idea más completa del entuerto. Como ya se publicó, la empresa que representa a Pozuelo, Promoesport Andalucía, apela al artículo 6 del Real Decreto 1006/85, que establece que “la relación laboral especial de los deportistas profesionales será siempre de duración determinada”. A esta fórmula se han acogido ya muchos futbolistas, entrenadores y baloncestistas que deseaban marcharse sin esperar al final de sus contratos, aunque, en este caso, el punto de discordia está en la prórroga que se pactó en su día y que el Betis, como pasa con Nono, Vadillo o Vilarchao, ha ejercido de manera unilateral.
El club entiende que puede ampliar el contrato de Pozuelo hasta 2015, mientras que los asesores del atacante creen que no. Éstos denuncian presiones en el verano de 2011 para la rúbrica de ese documento -se le excluyó de la pretemporada del primer equipo hasta que lo firmó- y un pacto verbal entre el entonces director de cantera, José Antonio Gordillo, y el representante del trianero, Enrique Rosado, que no se habría respetado. Según este último, el alto directivo le prometió verbalmente que las cantidades económicas durante esa prórroga eran simbólicas y que se revisarían si el chico se afianzaba en el conjunto matriz, como sucedió.
Rosado lo refirió a Stosic a principios de este ejercicio, pero, tras una consulta del serbio con los rectores béticos, no hubo más comunicación oral, sino exclusivamente mediante burofaxes en los que se instaba al trianero a rubricar la extensión de su contrato. Además, el entorno del ‘11’ asegura que el director deportivo verdiblanco contactó con el padre de Pozuelo para pedirle que éste cambie de representantes, lo que también le habría recomendado otra persona más del cuerpo técnico.
Según comunica Promoesport a ED, en los próximos días se emitirá un comunicado aclarando varias cuestiones, entre ellas que la demanda por lo social no persigue la rescisión del contrato, sino la aclaración por parte de un juez al no haber acuerdo entre las partes sobre la finalización del mismo. La citada agencia ha esperado un tiempo prudencial la llamada del Betis para renegociar las condiciones y, aun con una sentencia favorable, no se cerraría a renovar.