El
Betis ve pasar por delante de sus ojos el último tren a
Europa, un objetivo que, matemáticamente hablando, no está ni mucho menos perdido, porque la séptima plaza, que tendrá premio mientras el
Valencia siga como un tiro, queda ahora a cuatro puntos, aunque se antoja complicado desbancar a tantos equipos que ahora anteceden a los verdiblancos. Lo que quedó claro en tierras donostiarras es que no está muerto. Como mucho, tocado, pero no hundido. Le faltan detalles esenciales, los que marcan diferencias en el fútbol, pues yerra en las áreas más de lo que debería.
Esta vez con una versión más práctica y directa, sin desdeñar del todo un estilo que le hace imponerse siempre en el apartado de la posesión, llegó lo suficiente como para haberse llevado premio. No como en
Vallecas, donde mereció caer. Pero este deporte suele quitarte lo que te da otras veces. Anoche, no debió perder, pero careció de la pausa que, tras el empate, le habría acercado al triunfo. No le interesaba, entonces, estirarse tanto ni ir a tumba abierta para desvestirse atrás, uno de sus hándicaps esta temporada, si bien el inconformismo natural de esta escuadra se vio engordado por las ansias de dar un golpe en la mesa en una pugna por las plazas privilegiadas de la que, si el viento no empieza a soplar en sentido opuesto, se ha descolgado en el peor momento posible.
De inicio,
Setién introdujo mayor empaque y veteranía con
Feddal,
Barragán y
Guardado, dibujando a su equipo más con un 1-4-1-4-1 (con
Sidnei de lateral zurdo y
Tello más adelantado) que con el asentado 1-3-4-2-1, amén de una referencia nata (Loren) y no con
Jesé y
Lo Celso alternándose como 'falsos 9'. Y pareció otro Betis, con las ideas claras en la asociación, que se realizaba a una velocidad mayor, y cierta verticalidad, gracias al movimiento entre líneas de los hombres de arriba y a la profundidad por los costados. Para completar el catálogo de bondades, la presión alta permitía a los heliopolitanos vivir con holgura en campo contrario.
Pero la mejoría en sensaciones, alimentada por sendos remates blandos de
Gio y
Loren a las manos de
Rulli, así como por un centro-chut sin premio de
Tello, recibió enseguida un golpe al mentón, fruto de un córner que no debió señalarse -
Zaldua es el último en toca en su pugna con
Cristian-, pero que los visitantes defendieron de manera nefasta:
Oyarzabal ve a
Juanmi completamente solo en el área -habían bloqueado a
Guardado, puede que en falta-, el malagueño le pega mal y el balón, botando como un conejo, se cuela entre un bosque de piernas en la red.
El 1-0 hizo mucho daño a los verdiblancos, que apenas habían sufrido con un par de pases a la espalda de su adelantada zaga, culminados en un cabezazo alto del autor del primer tanto y en un disparo de
Willian José que bloquearía
Feddal. A partir de la rocambolesca acción del minuto 18, el bloqueo anímico fue castigado por el anfitrión, mejor en su achique. De hecho, Pau evitó el segundo en un derechazo del '12' realista, que lo había intentado antes a la media vuelta y de zurda, mientras que las estiradas béticas morían sin recompensa. Un córner muy cerrado de
Tello y una intentona de
Loren tras otra colada del de Sabadell, que se fue alto. Y pare usted de contar.
En la reanudación, el ímpetu de salida se convirtió pronto en la parsimonia habitual, inerme para cualquier oponente. Tocaba resetearse, persistir sin obcecarse en la misma fórmula. Vaya por delante que anoche en Anoeta se vio a un
Betis más directo, que cambiaba la orientación cuando el juego lo requería. Y que buscaba a sus alas con insistencia, especialmente a
Tello, que sacó la tarjeta a
Zaldua y logró que éste no le atosigara lo suficiente a los once minutos en su penetración hasta la línea de fondos, desde donde sirvió al corazón del área para que
Canales apuntilla. Se instalaba la justicia en el marcador.
La
Real despabiló, consciente de que tampoco le valían las tablas, y estuvo cerca de hacer el 2-1 en un regalo de
Guardado a
Juanmi que
Willian José estrelló en el cuerpo de
Pau, felino y certero en el mano a mano. El balón iba de un área a la otra, casi sin habitar en la parcela ancha, lo que trató de enmendar
Setién con la entrada de Jesé y Joaquín, quienes tenían que darle, a priori, la posesión con la poder serenarse antes de opositar al triunfo. Y así pudo llegar la remontada, aunque
Rulli se estiró para impedir con la pierna que el portuense aprovechara a bocajarro la enorme dejada del grancanario (70').
A renglón seguido, una cabalgada de Sidnei rozó la recompensa en propia meta, aunque otro error en la salida habilitó en velocidad a un
Juanmi que marró en la suerte suprema. Como
Sandro y
Willian José, éste a bocajarro, en las siguientes jugadas. Cualquier cosa podía pasar, hasta el punto de que nadie apostaba a que el duelo terminaría en empate. Y salió cruz, desgraciadamente.
Quedaba un cuarto de hora, tiempo que el míster santanderino concedió a
Lainez para intentar rematar la faena. El joven mexicano, muy a su pesar, perdió un balón peligrosísimo ante
Theo y
Mikel Merino que Juanmi puso con calidad a la espalda de un
Feddal que no fijó la marca de
Oyarzabal, letal ante un
Pau López que la tocó, pero que no pudo evitar el gol albiazul. No había hecho nada el ‘pichichi’ realista hasta el momento, pero apareció cuando debía.
Jesé, con un disparo mordido, y un córner que no pudo rematar con nitidez
Carvalho constituyeron la tímida respuesta de los verdiblancos, que desperdiciaron una oportunidad de oro para acercarse a
Europa, un tren que pasa de largo, quizás definitivamente, en el duelo donde más méritos hicieron en el último mes. Sin pegada, seguridad ni fortuna en los momentos claves, de poco les vale.
- Ficha técnica:
Real Sociedad: Rulli; Zaldua, Llorente, Aritz, Muñoz (Theo, min.75); Zubeldia, Sangalli (Sandro, min, 62), Merino; Juanmi, Oyarzabal, Willian José (Barrenetxea, min. 81).
Betis: Pau López; Sidnei, Feddal, Mandi; Barragán, Tello (Lainez, min. 76), Guardado, Willian Carvalho; Canales, Lo Celso (Joaquín, min. 66), Loren (Jesé, min. 66).
Árbitro: Medié Jiménez (Comité Catalán). Amonestó a Llorente, Zaldua, Guardado, Barragán y Lo Celso.
Goles: 1-0, min. 17: Juanmi.
1-1, min. 56: Canales.
2-1, min. 82: Oyarzabal.
Incidencias: Partido de la trigésima jornada de la Liga Santander, disputado en el estadio de Anoeta ante 16.417 espectadores.