La figura de
Lorenzo Serra Ferrer, clave para explicar el resurgimiento bético a nivel nacional e internacional y de la revalorización de la plantilla, ha quedado seriamente dañada en este 2019. Aunque él mismo confirmó en los medios del club lo publicado por
ESTADIO Deportivo acerca de que no iba a dimitir, como se había insinuado, si
Ángel Haro y José Miguel López Catalán insistían en no destituir a
Quique Setién, las diferencias en el seno de la comisión deportiva son innegables y se han acentuado en los últimos meses.
El propio ejecutivo balear hacía autocrítica con uno de los lunares de su planificación, el pasado mercado invernal, cuando admite que falló al dejar salir a
Sanabria al Génova antes de firmar a un sustituto que no llegó al final (debiendo conformarse
Setién con Jesé, al que está usando de 'falso 9'), un movimiento que le ha valido críticas en la planta noble del
Benito Villamarín. La disensión en varios asuntos, como por ejemplo la gestión de la cantera, es una realidad, hasta el punto de que
Haro y Catalán, que valoran y aprecian todavía la labor de
Serra, han formado un frente sólido contra el veterano preparador, sintiéndose ambos empresarios más cerca de
Setién que del que fuera artífice de la única clasificación del equipo para la
Champions League en su historia.
En este debate sobre la continuidad del canario, el de
Sa Pobla ha vuelto a salir 'perdedor', ya que era partidario de prescindir de sus servicios y adelantar la contratación del técnico que dirija los designios béticos a partir de la 19/20, además sin imponer en el casting la perpetuación del estilo actual, mientras que el presidente y el consejero delegado, que se imponían siempre 2-1 en la votación decisiva, son partidarios de mantener a
Setién e, incluso, de que siga si el equipo suaviza su caída en estas cuatro últimas jornadas. De no ser así, buscarían continuidad para su filosofía de juego.
Todo ello invita a pensar en que los caminos de
Serra Ferrer y el Betis podrían separarse el próximo verano de manera inesperada para muchos.
Óscar Murillo3 min lectura