Rubi: "Jugar el derbi me motiva muchísimo"

Rubi: "Jugar el derbi me motiva muchísimo"
Rubi, durante un entrenamiento con el Betis. - A.T.
El entrenador del Betis, Joan Francesc Ferrer, ha mostrado su lado más personal en una entrevista para los medios del club en la que ha explicado su modo de entender el fútbol y cómo afronta el día a día en una profesión con una presión mediática tan desmedida. Rubi se declara todo un "defensor de los entrenadores valientes", un partidario de equilibrar las emociones y un detractor de los extremismos.

El catalán afronta con mucha ilusión su reto de devolver al Betis a las competiciones europeas, pero por encima de todos las citas que le esperan, hay un partido que le hace especial ilusión jugar; uno que considera diferente a todos los demás: el derbi. "El que más me gustaría jugar es un Betis-Sevilla. Me motiva muchísimo. Creo que no hay un derbi con más pasión en todo el mundo. Pueden decir Boca-River, yo no puedo opinar de allí. Pero, mucho más que Barça-Espanyol o el Atlético-Real Madrid seguro que lo es. Un Betis-Sevilla es lo más", señaló el de Vilassar de Mar.

Rubi preparará ese y el resto de los encuentros pensando en los suyo y no en el contrario: "Nos ocupamos de cómo podemos corregir errores y de cómo mejorar nuestro equipo. Pero es cierto que del rival tenemos que conocer de la A a la Z. Se gana por detalles y cuanto más los puedas tener controlados, mejor; pero lo más importante es tu equipo".

"Me pongo del lado de los entrenadores valientes. Los equipos cada vez se atreven a jugar mejor y me gusta; porque, al final, lo que queremos todos es que la gente se lo pase bien", agregó un técnico que asegura que le da mil vueltas a todas sus decisiones. "Antes de los partidos me cuesta más dormir, porque hay veces que aún tienes que tomar decisiones. Hay veces que no sabes hasta el mismo día si vas a poner a un lateral o al otro. La intranquilidad de la previa me da más de dificultad para conciliar el sueño. Después del partido acabas tan agotado que cierras los ojos y te duermes", explicó un Rubi que aboga por el término medio: "Pido que ni arriba ni abajo. En las victorias no hay que caer en el exceso de euforia, ni en las derrotas generar un exceso de presión. Eso es lo que siempre transmito a mis equipos".

Y es que lo que menos le gusta del mundo del fútbol son los extremismos. "Lo que no me gusta, pero tengo que aceptar, es eso de que un día seas muy bueno y a la semana siguiente ya no sirvas. Es difícil de entender, pero forma parte de esta profesión. Sabes que estás expuesto a críticas, a que se analice todo lo que haces, lo que no haces, lo que dices...".

"He hecho una buena preparación y creo que me ayuda a soportar esos momentos de presión. También me ayuda el hecho de que confío plenamente en mi cuerpo técnico y en los jugadores. Todos estamos implicados y sé que lo hacemos lo mejor que podemos para que las cosas siempre salgan bien. Eso me quita un poco de la presión que hay, que es mucha", agregó antes de apuntar a la luna a la hora de señalar sus sueños como técnico: "Pues la Champions y un Mundial, no hay más. Y la Champions, que sea con el Betis (sonríe)".

De todos los jugadores que ha dirigido, hay un bético que está entre los que más han logrado impresionarle. "El año pasado, en el Espanyol, me sorprendieron muchos y estoy orgulloso de ellos. De aquí, Joaquín me parece un jugador con un talento sobrenatural. Y cuando fue ayudante en el Barça, sin lugar a dudas, un jugador que nunca deja de impresionar es Messi".

Estuvo cerca de retirarse hace 10 años
Rubi siempre ha llevado en su cabeza el fútbol. Comenzó a jugar a los ocho años en el club de su localidad, Vilassar de Mar, y su primera experiencia en los banquillos llegó siendo un niño. "La primera vez fue con 13 años. Entrené a niños de 9 en el Vilassar de Mar y me lo pasé muy bien", explicó en la entrevista para los medios del club, donde aseguró que sus mejores vivencias han sido "el ascenso con el Espanyol B a Segunda, el de Primera con el Huesca y los goles a la Real Sociedad que dieron al Espanyol la clasificación europea el año pasado".

Logros que hace ahora diez años no podía ni imaginar, ya que estuvo sin tres años sin equipo y meditó seriamente dejar el mundo del fútbol. "En el Benidorm (09/10) hicimos una gran temporada, quedamos quintos, rozando el 'play off'... Después de una temporada, esperaba ofertas, pero no tuve posibilidad de entrenar. No recibí ninguna oferta y empecé a trabajar en la empresa familiar (agencia de viajes). Me propuse que si en un año no cambiaba la cosa me retiraba, entrenaría en categorías inferiores por quitarme el gusanillo, pero lo dejaba. Entonces salió la oportunidad del Girona (en la 12/13) y lo cambió todo", añadió Rubi, que luego fue a Valladolid, Levante, Sporting, Huesca, Espanyol y Betis y al que no le ha vuelto a faltar el trabajo.


El origen del apodo con el que es conocido
"Llegué a Vilassar con 7 años, venía de Barcelona. Era el único rubio de mi clase y me veían como a un extraterrestre. Me empezaron a decir Rubio y dos o tres años después, alguien le quitó la 'o'. Desde entonces, Rubi".