LA PREVIA

Betis-Eibar: Oxígeno antes del paréntesis

Betis-Eibar: Oxígeno antes del paréntesis
El Betis busca ante el Eibar un triunfo redentor que ayude a olvidar la goleada en Villarreal. - Aitor Torvisco (@ATorviscoED)
Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura
Suele decirse que lo que más caro se paga en el fútbol es el gol; pero hay algo aún más costoso que el delantero con mejor producción anotadora que pueda haber en todo el planeta: la paciencia.

La paciencia es algo que no se puede pagar con dinero y que está en manos de muchísimos variables e intangibles. Tener un margen de maniobra amplio para poder hacer tu trabajo sin que la presión se convierta en insoportable es un aspecto que ninguna entidad puede prometer a su entrenador, mucho menos un Betis en el que los relevantes cambios de este verano (salidas de Quique Setién y Lorenzo Serra Ferrer) exigen resultados que respalden este nuevo proyecto que comanda Rubi. Por eso es tan importante que el Betis sea capaz de sumar los tres puntos esta noche, en su casa, al calor de una afición que ha sabido morderse la lengua hasta el momento. Se ha oído algún que otro murmullo, algo lógico teniendo en cuenta que el equipo ha empezado perdiendo en cinco de las siete citas ligueras -entre ellas las cuatro como local-, pero no se ha escuchado pito alguno, ni a los jugadores ni a un entrenador cuya mano se empieza a notar en los últimos encuentros, a pesar del poderoso elemento de distracción que supone la excesiva fragilidad defensiva del conjunto verdiblanco; el más goleado y el que más disparos contra su arco concede de todo el campeonato nacional.

Las maneras siempre importan. En este tan irregular inicio de curso, el Betis ha contado con el atenuante de su buena actitud y su carácter rebelde para hacer frente a la adversidad. Cinco veces ha encajado el primer gol del partido y las cinco ha sido capaz de empatar... e incluso de remontar a Leganés y Levante. Eso le salvaba, pero el pasado viernes, en Villarreal, después de una buena primera mitad en la que se vio la mejor versión de lo que va de temporada, el Betis se hundió anímicamente tras el polémico penalti señalado por el VAR y presentó su dimisión, negándose a correr hacia atrás y firmando un horrible final de encuentro en el que se llevó una goleada imposible de justificar.

Es decir, en La Cerámica, en cada carrera de Chukwueze que nadie seguía, el equipo y su técnico perdían un oxígeno muy necesario antes del parón liguero de las dos próximas semanas. Y es que no hay nada peor que entrar en crisis antes de 15 largos días sin competición, pues el exceso de tiempo para pensar magnifica el enfado y puede herir gravemente la capacidad de tener paciencia.

En medio de esta calma chicha llega al Benito Villamarín un Eibar que en los últimos años se ha convertido en un ejemplo de competitividad y capacidad de hacer mucho con muy poco. Un equipo manufacturado por José Luis Mendilibar, quien ha declarado en la previa que "el juego del Betis" le viene "muy bien al Eibar". No miente.

Sabe cómo cerrar espacios, gana casi todos los duelos individuales, van con todo a los balones divididos y castigan a los rivales que se estiran demasiado, caso de un Betis que suele moverse a tirones, con arreones de coraje y problemas para parar las transiciones rivales tras pérdida.

Se espera que los vascos sigan con el 1-4-4-1-1 que vienen usando, sin ese doble pivote que era tan característico en el cuadro armero y con Orellana por detrás de un único delantero; pero sin descartar el clásico 1-4-4-2, pues en su lista de 19 jugadores han entrado los cuatro puntas.

Algo más de dudas hay en el Betis. Habrá que esperar a ver la lista definitiva de Rubi, que aguantará hasta última hora para saber si puede contar o no con dos jugadores vitales. Canales y Fekir han intentado por todos los medios llegar a tiempo y entraron en una lista de 19; pero llegan muy justos y su concurso no está asegurado, al menos en el once. Si el galo y el cántabro no son de la partida, lo normal sería que Carvalho y Guardado estuvieran escoltados en los carriles por Emerson y Joaquín en el lado derecho y con Tello, Pedraza y Álex Moreno disputándose los dos puestos de la izquierda. Además, si no está Fekir, tampoco habría motivo aparente para que Rubi rompa una dupla ofensiva que está dando réditos, la formada por Loren y Borja Iglesias.

Atrás, se espera la vuelta de Mandi, suplente en Villarreal. Aún sin Sidnei, le acompañará un desconocido Bartra o Feddal.

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