Necesita un golpe de la fortuna, un guiño de la también diosa de la fertilidad que permita que el balón no se pasee por la línea entre un bosque de piernas, sino que, por una vez, rebote y vaya para adentro. No le acompaña, precisamente, la suerte al
Betis en las últimas jornadas, cuando las sensaciones fueron siempre mejores que los resultados.
Únicamente ante la
Real Sociedad salió todo de dulce. Esos tres puntos y los de los empates ante
Espanyol, Alavés y Eibar alumbran una trayectoria de seis partidos en los que mereció bastante más, especialmente contra
Atlético y
Getafe, que terminaron ganando, para colmo de males. Poco concedido atrás y mucho generado en ataque para que, bien por impericia, por acierto del rival o por desVARío arbitral, el tren de Europa pase de largo de
Heliópolis. La regularidad, esa 'rara avis' en verdiblanco, es la que reparte los premios, encarecidos por la inusual configuración de las semifinales de la
Copa del Rey.
Sin embargo, el mal bético ha contagiado a otros aspirantes, algunos de ellos centrados en apurar el sueño del K.O., por lo que la oportunidad la pintan calva. Huelga decir que, para volver a creer, los de Rubi deben reeditar su mejor versión, la que sometió en la
Avenida de La Palmara a ches, donostiarras y vizcaínos. Enfrente, un
Barcelona herido y con bajas importantes al que nunca se sabe si es mejor pillar así o confiado. El do de pecho obraría de madre de todas las inflexiones para un
Betis que, no obstante, habría de refrendarla en
Butarque, luego ante el
Mallorca en casa y en
Mestalla, antes de recibir al
Real Madrid con la calculadora en la mano.
De momento, hurgar en la crisis culé y regresar a la senda del triunfo en
Heliópolis dejaría la sexta plaza a seis puntos. Dos victorias de distancia, con la posibilidad de recortar, incluso, ese listón de coronarse en Valencia, pues se amarraría, como contra la
Real, el otro enemigo que podría alcanzar esos hipotéticos 37 puntos de referencia, el 'goal-average' particular.
Vuelve a
la lista bética William Carvalho tras más de cuatro meses lesionado, aunque todavía pronto para ser una alternativa a Edgar. Sí parece un buen momento para
Guido Rodríguez, que ha ganado ritmo, bien supliendo al catalán o formando doble pivote con él, como en los minutos finales ante los de
Alguacil. Sería una forma de resguardarse por dentro ante el
Barça de Setién, que amenaza con monopolizar la posesión.
Otra opción es seguir siendo fieles a lo que funciona, apostando por apretar la salida rival y por transiciones rápidas, con
Canales y
Aleñá como lanzadores,
Joaquín y
Fekir con libertad, y dos alas desatadas (Emerson y Álex Moreno) alrededor de
Borja o Loren, seguramente el marbellí. Noche de reencuentros, de espinitas y de oportunidades.