Claudio Bravo, jugar bien con los pies no es lo mismo que pegarle fuerte

Claudio Bravo, jugar bien con los pies no es lo mismo que pegarle fuerte
- Carlos del Barco
EFEEFE5 min lectura

El regreso del portero chileno Claudio Bravo a la liga española cuatro años después de su marcha desde el Barcelona al Manchester City inglés ha puesto de manifiesto en un solo partido, el que el Betis le ganó al Alavés (0-1), que no es lo mismo que un guardameta juegue bien con los pies desde atrás que le pegue para partirla a balón parado.

El primer deber de un portero, como su propio nombre indica, es guardar la portería, de ahí las diferentes denominaciones de guardameta, arquero o cancerbero, por el can Cerbero que protegía las puertas del inframundo del Hades hasta que Hércules intervino en el último de sus doces extenuantes trabajos.

Eso, guardar la no hace mucho feble portería bética, fue lo que hizo en su estreno oficial como verdiblanco el veterano cancerbero de Buín al sacar sobre la línea cuando ya cantaban los jugadores del Alavés un remate de cabeza del centrocampista argentino Claudio Battaglia -"No sé cómo la he sacado", reconoció-.

Pero no fue sólo eso, parar, lo que hizo Claudio Bravo, sino que sacó lo mejor de su repertorio con los pies, el de un portero que, además de no parar de dar órdenes para ordenar la defensa o marcar la línea, como un líbero antiguo puso el balón dónde y como quiso en la salida del juego de los de su compatriota Manuel Pellegrini.

Además del juego en corto, que no hace tanto era un sinvivir para la grada, el meta chileno se entretuvo en poner al pie a muchos metros del área una decena de balones que eran opciones de ataque de cómo habían caído al pie o al espacio franco de Sergio Canales, el brasileño Emerson Royal o el francés Nabil Fekir, en la bota.

Tiene un gran juego con los pies que nos soluciona muchos problemas, porque nos permite jugar y no tirar balones al campo contrario", destacó Pellegrini sobre su compatriota por su aportación en los tres puntos logrados en Mendizorroza en el estreno liguero de los verdiblancos.

De ese corte de porteros, en el Betis está la leyenda de José Ramón Esnaola, ortodoxo hasta el paroxismo aunque un adelantado al hacer 'romper' a jugadores como Rafael Gordillo con cientos de centros a su banda izquierda, aunque más que con los pies, eran de medio voleón a botepronto o con las manos, pero siempre a un metro por delante del destinatario.

Otro gran portero bético con los pies fue Toni Prats, aunque el mallorquín lo fue más en la modalidad de romper la pelota en tiros libres, tan es así que en una temporada logró sendos goles ante Real y Atlético de Madrid y superó en uno al delantero centro del equipo, Oliverio Álvarez 'Oli'.

En la historia del fútbol hay grandiosos porteros 'patos' con los pies como el italiano Gianluigi Buffon, otros que la han partido como el brasileño Rogerio Ceni (131 goles) o el paraguayo José Luis Chilavert; alguno que ha jugado en punta con dorsal de jugador de campo como Juan Francisco Molina cuando debutó como internacional de la mano de Javier Clemente; y otros como René Higuita que entran en el capítulo de inclasificables por sus extravagancias.

Claudio Andrés Bravo Muñoz, a su treinta y siete años, aúna la lectura del partido con un pie de toque fino como otros grandes metas de hoy como el alemán Manuel Neuer, el holandés Jesper Cillesen o el danés del Leicester City Kasper Schmeichel, entre otros de un grupo selecto en el que también está el 'tico' Keylor Navas.

El nuevo portero del Betis, equipo por el que ha fichado por dos temporadas, ya ha empezado a mostrar las cartas de una extensa trayectoria que comenzó en el Colo-Colo de su país natal y siguió en la Real Sociedad (2006-2014), Barcelona (2014-2016) y Manchester City (2016-2020) antes de recalar en el Benito Villamarín.

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