El
Real Betis trabaja en la
planificación de la próxima temporada con una premisa básica en la hoja de ruta diseñada: el mercado a
coste cero. Trabajar en la búsqueda de
una máxima energía con un bajo consumo no sólo es una premisa de la necesaria revolución ecológica, sino la metáfora perfecta del contexto en el que le ha tocado trabajar a
Antonio Cordón. El contexto de crisis económica mundial volverá a condicionar por segundo año seguido el mercado estival de fichajes, que se antoja tan austero como el anterior o más. Para tranquilidad de la afición verdiblanca, cabe destacar que el club
viene afinando esa maquinaria en los últimos años. Mucho.
Antes de Cordón, con
Serra Ferrer en un exitoso mercado de 2018, y ahora con el extremeño. El actual director deportivo verdiblanco ya fue
capaz de reforzar la plantilla que Manuel Pellegrini ha clasificado para Europa sin sacar ni un euro de la maltrecha tesorería del Benito Villamarín: se hizo con Claudio Bravo, Víctor Ruiz, el cedido Juan Miranda -titularísimos- y con Martín Montoya, el único que no ha tenido protagonismo en la 20/21.
Y este curso va por el mismo camino, ya que
los tres refuerzos oficiales llegan como agentes libres -el propio Miranda, Sabaly y Rui Silva- y
todos ellos como firmes candidatos a entrar en el once tipo.
A eso se unen tanteos como el de
Fabián Balbuena, que está en la Copa América con Paraguay y dentro de 15 días estará sin equipo tras acabar contrato con el West Ham.
El Betis se mueve muy bien por el mercado del coste cero al que ha recurrido en un total de 34 ocasiones en lo que va de siglo XXI (sólo contando temporadas en Primera división).
Especialmente prolíficos los últimos, por rendimiento y hasta por posterior plusvalía.