Edgar, a fuego lento

Edgar, a fuego lento
- Carlos del Barco
EFEEFE5 min lectura
El polivalente Edgar González Estrada se ha asentado como futbolista en la élite sin hacer ruido, despacio, a fuego lento y con un sentido de la disciplina que lo ha llevado a hacerlo en la posición de central y a agarrase a la titularidad cuando muchos los habían colocado este pasado verano en la rampa de salida pese a rendir bien como mediocentro con Rubi y en su cesión en el Real Oviedo.


Edgar encadenó ante el Getafe su segunda titularidad consecutiva tras la de la victoria ante Osasuna (1-3) y sólo le faltó la guinda del gol en un cabezazo que se le fue fuera por muy poco en una actuación de defensa veterano, solvente en la marca, sobrado e inteligente en la posición y sobrado y fácil en la salida de la pelota desde atrás.


Las inercias suelen destacar los protagonistas de los partidos en los goleadores, en este caso con el doblete de Willian José, o en el relumbrón de figuras como el deslumbrante Nabil Fekir o el cada vez en su mejor nivel William Carvalho, entre otros, en detrimento de la arquitectura defensiva.


Sin embargo, en la victoria bética ante el Getafe, Edgar volvió a dar muestras de tener la solvencia de un veterano pese a la juventud de sus 24 años y de estar a punto cada vez que lo requiera Pellegrini, quien lo ha hecho en sus últimas alineaciones por las bajas por lesión de Víctor Ruiz y Marc Bartra y por sanción del argentino Germán Pezzella.


El espigado futbolista de Sant Joan Despí (Barcelona), de 1,93 metros de altura, llegó el pasado verano para ponerse a las órdenes de Manuel Pellegrini después de un año de cesión en el Oviedo y, cuando todo apuntaba a una nueva salida a préstamo o en forma de traspaso, el jugador empezó a trabajar y a ganarse su permanencia en Heliópolis.


Tras la marcha de Aïssa Mandi rumbo al Villarreal y la rescisión de Sidnei da Silva, el Betis sólo contaba en la posición de central con Bartra y Víctor Ruiz, y al final del mercado llegó el argentino Pezzella procedente de la Fiorentina, lo que colocaba a Edgar en una posición en principio secundaria, para cubrir eventuales contingencias como lesiones o sanciones.


Él mismo lo reconoció al término de la victoria ante el Getafe, en la que formó pareja en el eje de la zaga con Pezzella, tercero de sus compañeros en sus titularidades, ya que ante Osasuna le tocó hacer de veterano ante el debutante Kike Hermoso y frente al Celtic FC de Glasgow en Europa League jugó con Víctor Ruiz.


"Intento estar preparado siempre para cuando me llegue la oportunidad y aprovecharla. Cuando me toque salir desde el banquillo o desde el inicio, ayudaré. Para eso estoy", dijo Edgar González en la zona mixta del Benito Villamarín tras el Betis-Getafe, consciente de la importancia del momento que vive en el club al que llegó en 2018.


El barcelonés forma parte de la hornada de canteranos con el marchamo de Manuel Pellegrini, quien les ha dado la confianza y los minutos, o la una por lo otro, a jugadores como Aitor Ruibal, Rodri Sánchez, Paul Akouokou, Rober González, quien ha regresado de una cesión de un año en Las Palmas, y Kike Hermoso, el último de ellos al debutar en la victoria ante Osasuna.


Edgar, con contrato con el Betis hasta junio de 2023, se formó en las categorías inferiores del Espanyol, fichó por el Betis Deportivo y su progresión le hizo ganarse un hueco en las convocatorias del primer equipo, con el que debutó de la mano de Quique Setién el 23 de noviembre de 2019 frente al Valencia. Es hijo Lluís González, quien jugó cuatro temporadas en la máxima categoría del fútbol español a principios de la década de los 90 del siglo pasado, tres de ellas defendiendo los colores del conjunto perico, además de otra en Segunda; y una en el Mérida.
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