Aragonés, Lopera, Jarni y las claves de su último adiós al Betis

Aragonés, Lopera, Jarni y las claves de su último adiós al Betis
- M. H.
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura
Militó en el Real Betis como jugador entre 1961 y 1964, antes de desembarcar en un Atlético de Madrid donde se retiraría una década después. Como entrenador, estuvo sólo un partido en la 81/82, pues una dolencia degenerativa (espondiloartrosis) le obligó a tomarse un año sabático para recuperarse y seguir un tratamiento, volviendo en la 97/98 para sustituir a Serra Ferrer, que se marchó al Barcelona tras aquella histórica final de la Copa del Rey que se perdió 'in extremis'. Logró clasificar a los verdiblancos para la UEFA, aunque, en la siguiente pretemporada, no aguantó más que unas pocas semanas por discrepancias con Lopera.

La versión oficial, con todo, fue que Luis Aragonés dejaba por segunda vez el banquillo de Heliópolis por motivos personales, firmando un famoso documento en el que reconocía estar al día económicamente, aunque aquella dimisión genería más ríos de tinta posteriormente, con declaraciones cruzadas entre el dirigente de El Fontanal y el Sabio de Hortaleza, que se ganó mala fama y cierto descrédito entre gran parte de la afición bética, que idolatraba en su mayoría al otrora máximo accionista del club y no entendía la segunda 'espantá' del que había sido uno de los mejores futbolistas en llevar el escudo de las trece barras.

"No le gustaban sus fichajes, no quería a algunos de los que venían ni quería que siguieran en el equipo algunos con los que no pensaba contar (...) No le gustaba que Denilson se incorporara más tarde por obligaciones publicitarias. 'Algunos entrenadores viven 365 días de rodillas; yo prefiero vivir uno solo, pero de pie', dijo en su comparecencia posterior ante la prensa", escribía hace unos años Alfredo Relaño en El País. Y el ayudante y mano derecha de Luis durante la mayor parte de su carrera como entrenador, Jesús Paredes, corrobora este contexto en el documental de Movistar 'La huella de un sabio', donde recuerda aquellos días del verano de 1998.

"Estando en el Betis, a los siete días de empezar la pretemporada en Chiclana, se va para el hotel. Parece ser que querían imponerle que a Robert Jarni tenía que apartarlo del equipo (durante la negociación para marcharse al Real Madrid). Esa misma tarde pidió la dimisión. Me dice 'yo me voy', y le respondí 'no, nos vamos'", relata el preparador físico, que volvió recientemente al Betis de la mano de Pepe Mel.
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