El entrenador del Eintracht,
Oliver Glasner, atendió a los medios de comunicación poco después del entrenamiento oficial celebrado en las instalaciones de un club que podrá recurrir en este partido de vuelta de los
octavos de final de la Europa League a "recursos ilimitados", ya que, "con la excepción de
Ragnar Ache (delantero lesionado), todos han completado la sesión final", recordando que han "ganado mucha confianza" en sí mismos "con las últimas victorias". Sin embargo, el austríaco hizo referencia al 2-1 de la ida, instando a que, "ahora, lo importante es jugar la segunda parte igual de bien que la primera, manteniendo un estilo
intenso" hasta el final: "Los chicos siempre empujan hasta el
límite. Me gustaría dirigir un gran cumplido a nuestro departamento, médico que ha estado trabajando a toda velocidad durante los últimos días y está haciendo un gran trabajo".
Para el míster local, los de Frankfurt harán su juego, esperando a un
Real Betis que "se siente muy
seguro con el balón y volverá a tener un poco más de posesión", por lo que se lo tomarán "con
calma, jugando rápido hacia adelante desde una buena defensa", aunque siempre "a la
ofensiva", ya que "ésa es la fuerza en cada partido" del
Eintracht. Una visión en la que coincidió con el guardameta
Kevin Trapp: "Ganamos mucha confianza en nosotros mismos y vimos que éramos capaces de ser agresivos y estar concentrados. Queremos mostrar el mismo rendimiento contra el Betis. Cuando ponemos lo que nos hace fuertes en el campo, somos
difíciles de vencer. Se trata de ahora de
evolucionar. Al final, nuestro futura está en nuestras propias manos. Tenemos que
confiar en nosotros mismos. Entonces, no importa cómo juegue el oponente".
Glasner espera este jueves "un estadio medio lleno, con
25.000 aficionados en el Deutsche Bank Park, después de disfrutar del apoyo de
4.000 aficionados
en Sevilla", a los que desea ofrecer "una gran velada de UEL" que todos deben tomarse "como una final, independientemente del partido de ida", desdeñando una consideración "a la ligera", puesto que "los oponentes son demasiado
buenos para eso". Por tanto, sólo ve una receta posible: "Hay que sacar nuestras
virtudes al campo y sacar al Betis del partido. La euforia nunca puede ser un factor perturbador. Tenemos hambre de tocar
emocionalmente a la afición, a la ciudad y al club. Eso es lo mejor que puede hacer un futbolista".
Por su parte, el cancerbero titular recuerda las "
aventuras maravillosas en 2018 y 2019" en competición europea, pero se centra en los pasos actuales: "En el partido de ida sentamos las bases para progresar. Ahora, queremos aprovechar la oportunidad de avanzar a la siguiente ronda en casa. Siento en cada jugador la
ambición de volver a experimentar eso y de alcanzar el máximo". Por eso mismo, el míster niega haber ensayado los penaltis: "Eso significaría que asumimos una
derrota; nosotros, no". Mientras que Trapp terciaba: "Nuestro objetivo es ganar los partidos, no
especular con un marcador. Tenemos un gran
objetivo en mente, y haremos todo lo posible para asegurarnos de que esta regla (eliminación del valor doble de los goles a domicilio) no juegue un papel para nosotros y que no haya penalizaciones en absoluto. Con la nueva norma, por supuesto habrá más
prórrogas, pero lo tomaremos como está. Básicamente, los posibles lanzadores de
penaltis del oponente juegan un papel para mí. Pero voy mucho con la intuición en el partido".