El gesto de hermandad entre las aficiones de Cádiz y Betis que pone en entredicho el Alto Riesgo y la tensión entre cuatro gatos

Mínimos altercados entre ultras de ambos clubes, pero convivencia sana en el campo, con buenos deseos para concluir el derbi

El gesto de hermandad entre las aficiones de Cádiz y Betis que pone en entredicho el Alto Riesgo y la tensión entre cuatro gatos
- Villa Gómez
Villa GómezVilla Gómez3 min lectura
La Comisión Permanente Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte declaró hace algunas semanas de Alto Riesgo el derbi andaluz de este domingo entre Cádiz CF y Real Betis, una consideración, sin duda, fundamentada, pero que, a la hora de la verdad, pareció a todas luces innecesaria. Eso sí, la presencia de un número mayor del habitual de cuerpos policiales en las inmediaciones del Nuevo Mirandilla desde la mañana impidió que las pequeñas escaramuzas entre ultras de ambos equipos (Brigadas Amarillas y United Family, sobre todo) en la zona de Pintor Zuloaga y Paza de Bécquer de la capital gaditana pasaran a mayores.


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Fueron, según los presentes, algunas carreras, gritos y el lanzamiento aislada de objetos, siempre a cierta distancia y, por suerte, sin que pasara a mayores, porque el ambiente que reinó luego en el antiguo Carranza fue exquisito. Por supuesto, hubo algún pique, especialmente tras el gol fantasma de Fede San Emeterio que no subió al marcador o tras el 1-0 de Iván Alejo, así como con el manotazo a este último de Fekir y varias faltas. Pero, pese a que la normativa lo impide, béticos y cadistas compartieron sitio en las gradas, de tal forma que, aparte de la ocupación del recinto dedicado a la afición visitante, pudieron verse verdiblancos junto a hinchas amarillos en otras zonas del campo, de tal manera que el número de heliopolitanos presentes ascendió al millar aproximadamente.





Incluso, como documenta el compañero Abraham Medina, la remontada postrera del conjunto de Manuel Pellegrini no generó malestar, sino un bonito gesto de hermandad entre ambas hinchadas. Así, la foránea dejó claro con sus cánticos que "¡El Cádiz es de Primera!", lo que fue respondido por la anfitriona con gritos de "¡Betis, Betis!". Una complicidad que ya quedó de manifiesto en el pasado con las 'ayudas' de Manuel Ruiz de Lopera al club amarillo cuando peor era su panorama económico, acudiendo puntual y gratuitamente al Trofeo Carranza. Después, ha habido multitud de manifestaciones públicas en el mismo sentido que llegan hasta nuestros días.


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