Cinco goles en sus últimos seis partidos. Youssef
En-Nesyri, cuyo fichaje acometió Monchi el pasado mes de enero a cambio de la nada despreciable suma de
20 millones de euros, comienza a responder. Aunque tanto como se creía, pues se le tenía más como opción para jugar por fuera en el 4-3-3, sino como
un auténtico 'killer'.
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De hecho, casi todos sus tantos han sido
desde dentro del área y a un toque, ya sea
con la testa o los pies. Porque va
con valentía al balón y
suele ganar los duelos. En El Alcoraz, anduvo listo, primero, para salirse del fuera de juego y, posteriormente, para
atacar con potencia el primer palo y llevar al fondo de la red el centro de un
Lucas Ocampos al que, seguramente,
le iría aún mejor dosificando sus esfuerzos, pues no para de correr hacia todas partes desde el minuto 1 y en no pocas ocasiones acaba siendo sustituido por Lopetegui. Y tenía pinta de que el vasco iba a hacer lo propio el sábado, porque
tenía preparado a Oussama Idrissi en la banda cuando el ex del
CD Leganés hizo el 0-1, lo que le llevó a cambiar de plan y a meter en el campo a
Nemanja Gudelj.
A En-Nesyri
no va tan bien, sin embargo, cuando tiene que
controlar la pelota, correr con ella en los pies y gozar de tiempo para pensar adónde mandarla cuando se planta ante el portero. Es decir, que el atacante natural de Fès
es mejor estando que llegando y rematando que conduciendo.
Al menos, así está firmando la mayoría de sus tantos en un Sevilla FC que se está abonando a llevarse en los encuentros en los últimos minutos,
cuando tiene al rival ya cansado de tanto perseguir la pelota y justamente cuando Lopetegui da entrada a En-Nesyri.
Hay que darle valor, no obstante,
al trabajo de Luuk de Jong en Huesca, donde
puso de gol a Ocampos y salvó uno en su propia portería en la misma jugada. Su implicación y
la impericia de Sandro Ramírez permitieron al Sevilla FC seguir vivo hasta que le dio por
aparecer, una vez más, a En-Nesyri.
Carlos Pérez
