La eterna promesa de Miki Roqué a Chamba, el ‘Ironman’ del Betis
El atleta onubense que por aquel entonces era preparador físico del Betis B (ahora Betis Deportivo) relata en ESTADIO Deportivo el origen de su amistad con el que fuera jugador del Real Betis: “Miki me enseñó a entender la vida”
El Real Betis se regodea actualmente entre los clubes más grandes del fútbol español así como también, incluso, entre clubes de máximo nivel europeo. Una evolución de más de una década en dinámica ascendente de trabajo y cualificación para poner a la entidad a la altura de su afición, gracias a una gestión envidiable. En la memoria quedan grabados a fuego esos años de penumbra donde la inestabilidad se hizo dueña de un club que vagaba por Segunda división, aferrado al lema del ‘Manquepierda’ que hoy ya suena a añejo. De ese input donde el beticismo demostró su fidelidad, aún en los momentos más difíciles, se adueñó Miki Roqué para enfrentarse a su mayor batalla. Recordado por los béticos en cada minuto ‘26’ de partido, hay un deportista andaluz que lo lleva en el corazón cada día. Se trata de Juan Bautista ‘Chamba’ amigo íntimo de Miki, que vivió junto a él una época difícil del club y, sobre todo, las vivencias más duras del de Lérida. En ESTADIO Deportivo relata el origen de una promesa de hace más de diez años que continúa a día de hoy con más fuerza y en la que el que fuera central bético juega un papel que traspasa la vida misma.
Deportista de élite mundial, Chamba se convirtió en la primera persona en el mundo que finalizó tres pruebas de ultra resistencia consecutivas. Jamás lo hubiera logrado sin el apoyo de su amigo Miki Roqué desde el cielo.“La vida me cambia en 2011. Siempre se lo digo a la madre, a Olga, que Miki me enseñó a entender la vida y que estaré siempre orgulloso y que de esta manera tan agridulce haya tenido que darme cuenta de lo que es la vida y cómo disfrutar cada día o cómo intentar buscar esa felicidad cada día”, expresa el onubense.
El origen de la amistad data en 2006, cuando Chamba pasa a ser preparador físico de la cantera del Betis. Poco a poco escala hasta parar en el Betis B de la mano de José María Nogués. En esa plantilla recala Miki Roqué, un jugador con quien confesó crear un vínculo especial. “Todo cambia en el 2011. A Miki Roqué le diagnostican un cáncer y bueno, yo pues en forma de reto le digo que el ser humano no tiene límites. Que yo me iba a hacer una apuesta con él y él se tenía que hacer otra conmigo. La mía era que yo iba a hacer una prueba extrema que se llama la fuga de Alcatraz, una prueba de triatlón en San Francisco, una de las más extremas por las condiciones y él en cambio pues tenía que jurar o comprometerse a todos los días levantarse y luchar por esta enfermedad, por ese cáncer y seguir un día más vivo”, cuenta Chamba.

Ahí se produce un giro en la vida de Juan Bautista ‘Chamba’. “Era algo que no podía explicar pero me había hecho abrir los ojos y entender lo que es la vida. Al fin y al cabo la vida es levantarse, tener problemas, afrontarlo, luchar y hacerlo siempre con la mejor cara y la mejor sonrisa y yo ahí pues había aprendido eso. Me apadrinó Rafael Gordillo que para mí es una persona emblemática, en ese momento era presidente de Real Betis Balompié y cuando se enteró que iba a hacer eso, lo primero se puso las manos en la cabeza, me dijo que era imposible pero inmediatamente después me dejó que me llevara a todo el staff de preparadores físicos de Real Betis. Cuando volví a fue algo increíble algo que nadie apostaba, y a partir de ahí empieza este ciclo y me vuelvo a retar a Miki que iba a hacer una prueba un poquito más”.
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Otro vuelco en la vida le llega el 24 de junio de 2012 en Niza, en un ultraman en tierras francesas. “En la línea de meta me llevé la guantada de realidad. Crucé la meta y bueno, yo tengo esa sensación y no se me olvidará nunca la imagen abrazado a mi padre llorando y viene mi hermana con el teléfono. Tanto la madre como el entrenador decían que Miki no les coge el teléfono y me decía que a él tampoco pero bueno teníamos que ser pacientes porque la quimio ya al final lo dejaba muy tocado. Fue cruzar la meta ese 24 de junio del 2012 y fue agridulce porque tengo una llamada de mi hermana viene con el teléfono y me comunican que Miki ha fallecido que había esperado el momento, no sabemos si a que yo cruzara o ya no podía más…”, cuenta emocionado Chamba.
Aquí se hizo eterna su amistad con Miki Roqué: “Yo le juré y le perjuré a su madre, a Olga, que el legado que él me había enseñado lo iba a mantener toda la vida. Iba a luchar por lo que él me había enseñado pues a llevarlo por bandera y bueno a partir de ahí empiezo de lleno y así dejo el mundo de fútbol en este caso de jugar, sigo vinculado un par de años más a la preparación física pero ya buscaba esa prueba donde me pusiera el límite donde él había estado. El luchó por seguir un día más vivo y yo tenía que buscar esa modalidad deportiva que me pusiera el límite”.