La ciudad medieval de Portugal que National Geographic sitúa como parada obligada
Guimarães, una parada imprescindible en tu viaje al norte del país vecino que te invitará a perderte por sus infinitas calles

Guimarães es una de las ciudades más desconocidas del norte de Portugal. La revista National Geographic la ha situado como uno de los mejores destinos del mundo para visitar en 2026. Su pasado medieval combinado con su modelo de vida urbana sostenible supone un lugar perfecto para una escapadita express.
Guimarães, Patrimonio Mundial
Sus raíces, conservadas a al perfección, ha hecho que la UNESCO declarara esta ciudad como Patrimonio Mundial en el año 2001. Al pasear por sus calles las casas te transportan sin dudarlo a la época medieval, con fachadas de granito y madera que parecen sacadas de una película.
Aunque lejos de quedarse anclada en el pasado, Guimarães ha avanzado a paso firme hacia el futuro, con un transporte público y un programa de reciclaje tan completo que le han llevado a ser Capital Verde Europea en 2026. Cuenta también con un sistema de residuos tan innovador como justo con el medioambiente, bajo el principio de ''paga según tiras''.
Un lugar en el que andar sin rumbo
Guimarães es una de esas ciudades en las que perderte sin mayor pretensión que dar un paseo es todo un acierto. En cada rincón hay algo que te sorprenderás, como por ejemplo, la Torre da Alfândega. Un sitio perfecto para obtener una vista completa de los edificios de piedra que componen la ciudad, además de colinas verdes que se levantan hasta donde la vista alcanza.

Aunque si hay un imprescindible, ese es el Castillo de Guimarães, en la fragresia de Oliveira do Castelo y que fue elegido en 2007 como una de las Siete Maravillas de Portugal. Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo con la fecha exacta, se construyó con el objetivo de proveer defensa al núcleo monacal en lo alto del Monte Largo. Un trocito de historia que debes de incluir obligatoriamente si visitas esta ciudad.
Una rica gastronomía
Después de un día paseando por sus calles, no hay nada mejor que los pestiscos, la versión del país vecino de nuestras tapas. Como no, no faltan las petingas fritas, es decir, sardinas fritas y los clásicos pastéis de bacalhau, siendo el bacalao el gran angular de la gastronomía de Portugal.
Como no, tampoco faltan los pastéis de nata, la estrella de los dulces de la región sin duda alguna. Aunque no tienen ninguna variación regional específica, un pastel de nata siempre entra a la perfección y es uno de los postres o meriendas imprescindibles.