La OCU desvela la trampa de los supermercados para vender carne de baja calidad
A la hora de hacer la compra es importante conocer realmente qué productos se están adquiriendo ya que los supermercados utilizan varias técnicas para vender alimentos con menor calidad

Hacer la compra en el supermercado siempre es complicado, especialmente para elegir carnes o pescados entre tanta variedad y diferentes precios y calidades. Los consumidores buscan un producto bueno y con valor nutritivo para su alimentación pero sin tener que pagar un precio excesivo, y de ello se aprovechan los supermercados, que utilizan varias trampas para vender productos de peor calidad de la que se anuncia y por más precio del que deberían.
Así lo ha revelado la Organización de Consumidores y Usuarios, que a través de sus redes sociales suelen publicar información importante a tener en cuenta a la hora de comprar. En este caso, se trata de las palabras con las que los supermercados camuflan productos con menos calidad a través de términos desconocidos para venderlos.
La OCU lanza un aviso para tener cuidado con carnes de baja calidad
A través de las redes sociales, el experto de la OCU, Ángel Ballesteros, ha lanzado un importante aviso a la hora de ir a comprar. Los supermercados utilizan diferentes términos que los consumidores desconocen para así vender productos de baja calidad. Ejemplo de ello son las palabras "carne extra tierna", "muy jugosa" o "supertierna", que en realidad significan que están 'adulterados' y la calidad es mucho más baja.
Estos términos se asocian a carnes o adobados, entre otros, y significa que tienen añadidos que bajan la calidad del producto. En su mayoría es agua, aunque también sal, azúcar, aromas o aditivos. Además de no tener un gran aporte nutritivo y de venderse sin anunciar que realmente se trata de productos de menos calidad, se paga mucho más caro de lo que se debería. Este experto avanza que los productos con estos términos llegan a ser hasta el 35% más caros de los que deberían, vendiendo el agua a precio de carne.

Además, la baja calidad de estas carnes es tan fácil de comprobar como parándose a darle la vuelta al envase y así leer los ingredientes. En el listado se confirma que el porcentaje de carne es menos del que debería y en su lugar aumenta el porcentaje de otros como sal, aromas o conservantes. Por ello, Ángel Ballesteros reconoce que es mejor buscar carne fresca y comprobar que así sea en el listado de ingredientes, a pesar de que suba el precio ya que de esta forma se está pagando más de la cuenta y por alimentos poco nutritivos y en parte 'engañosos'.