Morante de la Puebla habla de su retirada
El diestro cigarrero concede una entrevista a ABC antes de su reaparición tras la cornada sufrida en Pontevedra

Morante de la Puebla sufrió una cornada en Pontevedra cuando mejor estaba toreando esta temporada. El diestro regresará este miércoles 3 de septiembre en Melilla y está terminando su recuperación para ese día.
El maestro cigarrero sí que está recuperado de su salud mental, algo que se está viendo sobre el albero de las plazas donde ha toreado, ya que está dejando una de las mejores de su carrera.
En una entrevista con ABC, el diestro afirma estar "en condiciones óptimas para reaparecer", explicando que "la herida ha costado que cicatrizara, pero ya he hecho un par de tentaderos y no me duele la pierna".
Morante define la cornada de Pontevedra como "cosas que pasan", una naturalidad que sorprende, aunque no tanto si se observa el paso adelante que ha dado esta temporada en su toreo, acercándose más al toro que nunca. "Estoy pisando terrenos más cerca de la cornada, sí, quizás por amor propio, por la suerte que me ha acompañado con toros que a lo mejor otros años no me han lucido. Me lo dice mucha gente y lo agradezco. A veces me entran ganas de arrimarme menos", asegura.

"Es verdad que los toreros denominados artistas siempre han esperado un poco el toro apropiado y en mi caso han sido muchos los toros apropiados. Creo que, en parte, eso es por mi disposición. Al torero artista siempre lo han esperado, por eso el aficionado está tan ilusionado con mi tauromaquia, porque cree que siempre va a ver algo diferente", continúa diciendo.
Cuestionado sobre su retirada, Morante confiesa que se la ha pasado por la cabeza "muchas veces". "Son muchos años. Ésta ha sido una temporada muy importante y a veces no sabe uno qué es lo mejor. Por otro lado, no me gustaría dejar a la afición sin mi presencia, ya que cuando me cogen a hombros me dicen '¡no te vayas nunca!'. Pero no soy eterno".

Sobre sus problemas de salud mental, de los que ahora está bien, Morante confiesa que "el toro ayuda, pero desgraciadamente no cura. Cuando ya te estás duchando después de la corrida es cuando el efecto del toro se acusa más. Cuando vas a la plaza son muchos los nervios, pero cuando terminas coges mucha confianza en ti mismo, te dices 'yo puedo, yo puedo'. Después del mal rato que se pasa delante de un toro, la presión esa es muy dura".