2025, Año Morante

El padre, haciendo época en su mejor temporada, y el hijo, internacional español sub 19 y cumpliendo su primera pretemporada a las órdenes del técnico chileno del Real Betis, Manuel Pellegrini. Los Morante, que están viviendo un 2025 de ensueño que bien podría sintetizarse cuando el hijo sacó a hombros en Las Ventas al padre en su Beneficencia de cátedra.

Son muy béticos los dos. José Antonio Morante Camacho, matador de toros, con faja y corbatín verdes de su vestido de torear para las ocasiones y las tablas de ese color de su finquita de La Puebla en la que juega al fútbol. Su hijo, con la verdiblanca del Juvenil A, en el Betis Deportivo y, ahora, en Almancil (Portugal) en su primera pretemporada con los mayores. El progenitor sigue los progresos de su chaval de 18 años mientras jalona su temporada con hitos como los de Sevilla, Jerez, Aranjuez, Pamplona o Madrid, donde José Antonio Morante Antúnez estuvo siempre al lado de su padre, en el callejón y en la apoteósica salida a hombros y paseo triunfal por la calle de Alcalá.

Siempre ha mantenido el vástago del toreo cigarrero que el balón da menos cornadas pese a que de chico quiso ser torero hasta que cambió los capotes por la pelota y entró en 2023 en el Betis para ir escalando y haber llegado ya a las puertas del primer equipo aunque todavía no se lo cree. "Cuando me llaman para hacer la pretemporada, yo no sabía dónde meterme, estaba loco de contento. Es un sueño que cualquier bético de cuna quiere hacer y yo lo estoy haciendo ahora mismo. Los más veteranos nos han acogido de una manera excepcional", dijo a los medios del club Morante Júnior, tan torero como pelotero su padre, de quien dijo en su día que quería torear como jugaba al fútbol Zidane.

Junto a Morante, se encuentran en Almancil compañeros suyos en el Juvenil A del Betis como Pablo García, en su segunda pretemporada tras proclamarse Bota de Oro en el Europeo sub 19 que España perdió ante Holanda; el versátil defensa Carlos de Roa, el portero Manu González, Rodrigo Marina y el central Jorge Oreiro.

Ellos fueron protagonistas a comienzos del pasado junio del principal logro del equipo juvenil bético al lograr en El Toralín de Ponferrada (León) ante el Valencia por vez primera la Copa de Campeones, con un gol de Morante seguido en directo por el teléfono por su padre, quien velaba armas esa mañana antes de torear en Aranjuez. "Hemos estado esta mañana ahí con el teléfono, viéndolo por la tele y bueno, cuando ya ha metido el gol, pues imagínate", dijo el maestro cigarrero a las cámaras de televisión del triunfo de su hijo, quien lo dio todo y se la devolvió el día en el que su padre volvió a 'reventar' Las Ventas tras un tiempo alejado del albero.

Carlos del Barco / Agencia EFE