La ciudad romana escondida en una provincia andaluza

Existe una ciudad romana olvidada en la provincia de Huelva y que contaba incluso con murallas y con un gimnasio

La ciudad romana escondida en una provincia andaluza
Un enclave desconocido - Ayuntamiento de Aroche

España es uno de los países más ricos culturalmente hablando del mundo. El paso de las diversas civilizaciones a lo largo de miles de años de historia han hecho que vaya guardando recuerdos de todas ellas. Algunas de las herencias se han introducido directamente en la cultura, como pude ser la dieta, otras en cambio quedan reflejadas en monumentos u obras arquitectónicas. Es cierto que el país en su totalidad tiene una gran diversidad, pero si hay una comunidad que destaca precisamente por esa cualidad es Andalucía. La autonomía más al sur de la península ha sido uno de los primeros lugares, debido a su cercanía a África, por donde han entrado muchas de esas civilizaciones. Y también en otras ocasiones, el último lugar en el que estuvieron antes de marcharse, como ocurrió con el reino nazarí de Granada. Sumado a la geografía tan diversa de la comunidad, la convierten en un destino casi inigualable. Precisamente, una de las provincias que posee esa diversidad, con sierra y algunas de las mejores playas del país, es Huelva, probablemente al mismo tiempo una de las más olvidadas. Porque la provincia onubense no solo cuenta con las playas o la gastronomía, también guarda grandes hitos arqueológicos como la ciudad romana olvidada que se encuentra en la sierra.

Un enclave arqueológico

A tan solo dos kilómetros de la localidad de Aroche, en la sierra que recibe parte de su nombre, Sierra de Aracena y Picos de Aroche, se encuentra el enclave romano de Arucci-Turóbriga. Se trata de un terreno donde se ha investigado mucho, y del que se ha descubierto que albergó una ciudad romana con todas las partes más significativas. Contó con aspectos de ese urbanismo clásico como el foro, las termas, la necrópolis y tres viviendas excavadas además de una treintena de villas rústicas. Esto refleja cómo existía una intensa explotación agrícola y ganadera. El doble nombre que recibe, Arucci-Turóbriga se debe a que son los dos enclaves que evolucionaron para convertirse en la ciudad de la que quedan registros.

Uno de los puntos más interesantes de este asentamiento era la casa del peristilo, una vivienda aristocrática que contó hasta con 18 habitaciones, un patio, y un establecimiento comercial anexo, también con cuartos destinados a la cocina o a almacenar el aceite y el vino. Junto a la puerta norte se encontraba la necrópolis, de la que se presuponen hasta una docena de monumentos pero en la que solo ha podido se desenterrado uno de ellos.

A través de los estudios, con el diseño que se presupone por los restos, se entiende que esta región data de la guerra civil entre Julio César y Pompeyo. Es decir, entorno al siglo II a.C, fue cuando empiezan a desarrollarse los enclaves en esta región. Poco después entre los años 15-10 a.C fue cuando se construye esa segunda urbe con la planta más moderna. Alcanzó su mayor plenitud bajo la dinastía Flavia, en el siglo I d.C, para acabar llegando a su declive entre los siglos IV y V, convirtiéndose en un asentamiento marginal y haciendo que su población se disperse a otras villas cercanas.