El pueblo español que se llevó el agua

En una zona muy tranquila de Castilla y León un pueblo desapareció por la creación de un embalse a finales del siglo pasado

El pueblo español que se llevó el agua
El pueblo español que se llevó el agua - Ayuntamiento Riaño

España es un territorio que en cuestión de años va a sufrir una enorme desertificación. Muchos expertos hablan sobre que el cambio climático es ya una realidad y que como tal solo queda tratar de reducir los efectos que puede tener en la vida. España, al encontrarse al Sur de Europa, será uno de los países que más va a sufrir, y está sufriendo ya, ese aumento de las temperaturas que puede causar estragos. Además de las temperaturas, que son lo más común del cambio climático, también se están viviendo fenómenos meteorológicos cada vez más extremos y que además ocurre con mucha frecuencia.

Sin ir más lejos estos días en comunidades como Aragón han tenido que vivir literalmente con el agua al cuello. El intenso calor que se está viviendo en buena parte de la península, mezclado con las bolsas de aire frío que llegan del norte de Europa ha provocado desde granizo hasta lluvias torrenciales con más de 40 litros por metro cuadrado en una hora. El episodio más brutal vivido en España recientemente es el de la DANA de Valencia del que todavía se siguen recuperando los afectados. Tras este suceso se puso en cuestión la labor de los embalses. Unos embalses que se construyeron en buena medida durante la dictadura franquista y que en Castilla y León supusieron decir adiós a algunas localidades.

Una exigencia internacional

Concretamente hubo un pueblo que fue totalmente invadido por el agua a finales del siglo pasado, que se ubicaba en el norte de la comunidad, limitando con Asturias. Concretamente se trata del pueblo de Riaño, que fue uno de los primeros lugares donde se decidió empezar el plan de obras hidráulicas. Lo que no sabían muchos de los habitantes es que si se construía el embalse, ellos tendrían que dejar sus casas porque el agua inundaría completamente el valle. Con el paso de los años y con la resistencia vecinal por quedarse en sus casas, el proyecto se fue demorando. Realmente la proyección del embalse se produjo incluso en tiempos de Primo de Rivera, en 1918, pero no fue hasta 1963 cuando se aprobó, y en los años 80 cuando acabó construyéndose.

Hubo una paralización en 1978 que alargó todavía más de lo que se creía la construcción. Sin embargo, ya en tiempos democráticos España tuvo que hacerlo por cuestiones de obligación internacional. Al entrar en la Comunidad Económica Europea, el país se vio obligado a cumplir una serie de compromisos legales así como normativas medioambientales. De esta manera, cuando definitivamente se abrieron las puertas del embalse el agua de los ríos Esla y Yuso acabaron por suponer el final de hasta 9 pueblos de aquella comarca, que cambió para siempre en 1987. Concretamente Riaño sigue existiendo ya que sus vecinos fueron trasladados a otra zona del valle, pero otros pueblos desaparecieron por completo.