Sevilla tiene playa a sólo una hora, un tesoro oculto y recomendado por National Geographic
En Huelva, a poco más de 100 kilómetros de la capital hispalense, hay un monumento natural declarado por la Junta de Andalucía en 2001
Hay muchos que piensan que si Sevilla tuviera playa sería la mejor ciudad del mundo, aunque bien es cierto que también hay personas que piensan que eso es así, ya que la capital hispalense tiene muy cerca varios paraísos naturales, ya que Andalucía es una de las joyas turísticas de España, algo que no decimos nosotros, sino que lo refrendan los datos. 2024 fue un año histórico con 35 millones de visitantes que dejaron un impacto económico de 29.000 millones de euros.
Los sevillanos aprovechan el buen tiempo de su tierra para desplazarse los fines de semana a las provincias de alrededor, sobre todo Huelva y Cádiz, para disfrutar de sus playas, pero algunas están tan cerca como recorrerse la ciudad de un extremo a otro en hora punta. Precisamente a poco más de una hora de la capital se ubica una playa recomendada por National Geographic y que fue declarada monumento natural por la Junta de Andalucía en 2001.
Hablamos del Acantilado del Asperillo, ubicado entre Matalascañas y Mazagón, en pleno Parque Natural de Doñana. Se trata de un monumento natural de gran valor geológico y ecológico. En total son doce hectáreas de costa que generan un paisaje de ensueño, con un sistema de dunas fósiles de más de catorce mil años.
Bien es cierto que el acceso hasta el Acantilado del Asperillo no es fácil, aunque su visita merece mucho la pena. Las dunas parecen cambiar su color con el oleaje y el viento, con varias tonalidades en todo el paisaje.
PLAYA DE MATALASCAÑAS
Para los menos atrevidos, muy cerca está la playa de Matalascañas, la más cercana a la ciudad de Sevilla, donde es muy característico la Torre de la Higuera.
Unas playas que en los últimos tiempos presenta un aspecto bastante malo debido a los temporales que han azotado la zona, lo que sumado a la gestión hídrica en Doñana han empeorado el estado de dichas playas.
Entre Matalascañas y la desembocadura del río Guadalquivir hay hasta 28 kilómetros de playa que sirve a los sevillanos para refrescarse de las altas temperaturas propias de su provincia. Un lugar ideal para darse un baño en aguas del Océano Atlántico y mitigar el sofocante calor de la capital andaluza. Sin duda una de las opciones más frecuentadas por los sevillanos cuando empieza el buen tiempo, lo mismo que ocurre con Chipiona, en Cádiz, donde también se desplazan muchos esta época del año.