Era el día tras la eliminación copera en Mestalla. El
Betis volvía al
Benito Villamarín, al calor de su afición con la intención de meterse de lleno en la lucha por la
Champions, y para ello,
Setién salió con dos delanteros para intentar pisar más área: 1-3-5-2. Varias rotaciones, con la entrada de
Feddal,
Barragán,
Loren y
Sergio León. Volvía Setién a los dos delanteros esperando un Betis más ofensivo y lo logró con un juego más directo en los primeros minutos.
Pero pronto llegaría el gol de
Cabrera, en una jugada mal defendida a saque de esquina, y el equipo se desdibujó por completo. Ni
Canales y
Lo Celso se encontraron y no podían recibir sin tener encima a un jugador azulón. Lejos de reaccionar al gol getafense, el Betis quedó noqueado sobre el verde y los de Bordalás olieron la sangre. El
Getafe vivió en campo rival y se impuso con intensidad y eficacia. Los balones divididos eran siempre para el rival y en uno de ellos llegó la jugada del segundo gol, obra de
Mata, al filo del descanso.
Setién movió el banquillo dando entrada a
Joaquín y
Jesé. El Betis mejoró pero el Getafe jugó muy bien con los tiempos. El portuense, ante la desaparación de
Lo Celso y
Canales, se echó el equipo a la espalda por su carril. Lo intentó de todos los colores y encontró su recompensa con un gol en el minuto 75.
Gran jugada de
Carvalho en la frontal, que no esconde su partido cortito, y asistencia para que el '17' fusilara a
David Soria. Lo intentó el Betis hasta el final. Jesé marcó pero estaba en fuera de juego. También pudo sentenciar Ángel en una contra.
Bordalás se llevó el duelo a base de orden y, sobre todo, eficacia.