Ronaldo, además de ser uno de los futbolistas más mediáticos de la historia y tener millones de seguidores en las redes sociales, ha logrado mantener los lazos de amistad en el barrio que le vio crecer,
Santo Antonio, uno de los más humildes de la ciudad insular de
Funchal.
Tenía sólo siete años cuando, de la mano de su padre,
Dinís Aveiro, comenzó a jugar en el club del
Andorinha en un descampado de la zona.
Entonces, el entrenador era el profesor
Francisco Afonso, coincidiendo con el homenaje que
Funchal le ha tributado al astro portugués, "ya tenía unas condiciones extraordinarias"
"Era, simplemente, cuestión de creer en él", insiste el profesor
Afonso, una de las personas más respetadas en el barrio de
Santo Antonio, ya que por él han pasado decenas de niños que soñaban, al igual que
Ronaldo, con ser una figura en los terrenos de juego.
Uno de los momentos más emotivos en la relación que "siempre" se ha encargado de mantener
Ronaldo con su primer profesor futbolístico llegaría tras la consecución del primer
Balón de Oro para
CR7.
Nada más saber que había ganado el
Balón de Oro, tanto a nivel personal como en público,
Ronaldo se encargó de felicitar al profesor
Afonso, quien hacía parte del mayor galardón individual con el que se puede premiar a un futbolista.
Al margen de la amistad que tienen, y a pesar de que no hablan mucho por la apretada agenda de compromisos de
Ronaldo,
Afonso sigue viendo en
Cristiano ese niño "muy divertido" al que "le gustaba hablar mucho" y, por supuesto, "siempre estaba jugando con un balón".
"Ahora, el homenaje que hoy le ha tributado toda
Madeira es más que merecido, ya que es una figura conocida en el mundo entero", argumentó
Francisco Afonso, que hace unos años, por la edad, dejó la afición de los banquillos.
Otra de las personas relevantes en los inicios futbolísticos de
Ronaldo fue su padrino de bautismo,
Fernao Sousa, que, además, siempre ha tenido una estrecha amistad con toda su familia.
Tras despuntar sobremanera durante dos temporadas -entre los 7 y los 9 años- en el
CF Andorinha,
Ronaldo tenía que dar un paso firme, por lo que se lo disputaron los dos equipos referentes del archipiélago, el
Marítimo y el
Nacional, clubes que, en la actualidad, militan en primera división.
Fernao recuerda cómo fueron él y la madre de
Ronaldo a negociar su fichaje.
Y tras hacer un balance entre lo que ofrecía uno y otro club, decidieron que tenía que pasar a las filas del
Nacional de Madeira.
Allí, rápidamente, se interesaron por él los ojeadores de clubes de referencia como el
Sporting de Portugal o el
Benfica.
Recuerda
Fernao que el doctor Marques de Freitas, una eminencia en el
Sporting, le echó el ojo a
Ronaldo, por lo que Fernao acudió con
Cristiano a Lisboa para hacer las pruebas.
"Hicieron una entrenamiento por la mañana y otro por la tarde" y ese mismo día fichó por los leones de la capital lusa.
El entrenador de la categoría juvenil del
Sporting "era entonces
Osvaldo Silva, que dijo de
Cristiano que era muy bueno", recordó su padrino.
Fernao acude con asiduidad a ver algún partido del
Real Madrid a la capital de España y, si puede, se acerca a saludar a su amigo
Ronaldo.
Su padrino luce con orgullo una réplica en miniatura del primer
Balón de Oro que ganó
Cristiano y que le regaló el propio
Ronaldo como símbolo de que una parte de dicho trofeo también le correspondía a
Fernao Sousa, que a sus 63 años de edad ya está retirado de las disciplinas deportivas.
El presidente del
Andorinha, Duarte Santos, que también alaba la figura del ahora delantero del Real Madrid, aseguró que en los traspasos de
Ronaldo al
Sporting o al
Manchester no recibieron nunca dinero en concepto de formación y tampoco lo reclamaron.
Para el club, dijo, lo importante es que su amigo del barrio se convirtiera en el mejor jugador del mundo.
