Salvi Moya es uno de los nombres de moda. Este jovencísimo jugador de 17 años ha cambiado en muy poco tiempo los campos de fútbol provincial por los de balompié profesional, como es el
Anxo Carro de Lugo, donde debutó el pasado domingo con el
Recreativo de Huelva.
Pero el aterrizaje de este jugador en la elite no ha sido sencillo, y a pesar de llevar el gol en la sangre, como demostró desde benjamines a cadetes del
Tomares, el equipo de su pueblo, y donde su padre,
Salvador Moya, es coordinador: "Aquí siempre hizo mucho goles, y por eso el Sevilla se lo llevó para su cadete de segundo año, con el que hizo 46 tantos y con el que quedó campéon. Luego subió al juvenil de Preferente, donde fue pichichi, lo que le sirvió para hacer la pretemporada con Salva Bernal en el Liga Nacional Juvenil".
Pero en la cantera sevillista se topa con pesos pesados como
Juan Muñoz,
Carlos Fernández,
Chuma,
Gonzalo o
Manu Cordero, quienes le cierran el paso. "Tiene muy buenas condiciones, pero como muchos otros, y por eso se le dio una salida. Fue una cuestión de ´overbooking´", explica
Pablo Blanco, coordinador en la cantera sevillista, sobre un futbolista que no comprende la decisión, pero la asume con resignación, lo que despierta el interés de clubes como
Cádiz y
Recreativo por hacerse con sus servicios. Sin embargo,
Salvi decide volver a ´su casa´, el
San Sebastián, y con su gente, un
Tomares que le acoge con los brazos abiertos. "Yo le entrené tres años, y siempre estuvo una categoría por delante de la que le correspondía. Recuerdo que en infantiles hizo casi 80 goles en una sola temporada", comenta
Juanmi Becerra, su técnico en la cantera del
Tomares, y que habla de
Emilio, Jesús Rodríguez, Espejo o
Antonio Sanabria como los mejores amigos de Salvi en su etapa tomareña, la cual prosigue tras pasar por la carretera de
Utrera.
Su vuelta al juvenil auriazul es todo un éxito, haciendo 26 dianas en diez jornadas, lo que lleva a
Gabi Hijón a tirar de él para el primer equipo del
Tomares, entonces en una situación comprometida en la clasificación de
Preferente. "Me lo llevé a Marinaleda, un partido que jugamos con la soga al cuello, pero le vi personalidad, y con 17 años se hizo con el puesto de delantero. Creo que hizo nueve goles en diez partidos con nosotros y nos salvamos", apunta
Hijón, que ve cómo el
Recreativo vuelve a llamar a la puerta de
Salvi Moya a principios de 2014.
El chaval entiende esta vez que la llamada recreativista es otra oportunidad que le da el fútbol para triunfar, y recala en el
División de Honor del Decano, con el que lleva once goles este año. También este curso debuta en
Tercera dándole un triunfo al
Recre B ante el
Écija con un gol, cosa que no puede hacer dos categorías más arriba con el primer equipo albiazul. Volverá a tener su oportunidad. Seguro.