Hay quienes nacen con estrella y otros que nacen estrellados.
José Antonio Díaz Verde ‘Chico’ cumple la primera afirmación y, por diferentes circunstancias, le ha ocurrido lo segundo en su trayectoria deportiva. Quienes le han visto jugar, le han dirigido o han compartido vestuario coinciden en su enorme potencial futbolístico, aunque sus episodios de indisciplina le han alejado de llegar más arriba.
Ahora, en la
Lebrijana, su cuarto equipo esta temporada, le puede haber llegado una nueva oportunidad. La afición de la
Balompédica ya tiene a un nuevo ídolo tras el partido que realizó frente al
Ceuta. Sus dos goles y su contribución al juego sirvieron para sumar tres puntos vitales en su lucha por salvarse.
“Es el mejor delantero centro de la categoría e, incluso, el mejor futbolista. Donde le pongas marca las diferencias”, manifestó
Joaquín Hidalgo, entrenador de la
Lebrijana, y la persona que apostó por su fichaje.
El míster albiceleste se encarga de recoger y llevar a
Chico a
Lebrija, y se ha propuesto motivar a un jugador que venía con el orgullo deportivo tocado y cuya respuesta ha sido sobresaliente.
Después de comenzar la pretemporada en el
Coria,
Juan Carlos Menudo le ‘reclutó’ para el
San Juan, aunque el atacante solo jugó un partido. Más adelante, se comprometió con el
Mairena, disputando únicamente 37’, llegando a la
Lebrijana a finales de noviembre.
Con la escuadra del Bajo Guadalquivir sus números hablan por sí solos: cinco encuentros jugados y cuatro goles anotados (dos de penalti).
Por ahora,
Chico, además de confianza, ha encontrado cariño y respaldo. Su integración es total en el vestuario lebrijano, donde ayuda a los más jóvenes a su progresión. Ha llegado enchufado (un claro ejemplo es que no faltó a la sesión del día 1) y el salto de calidad se está viendo en las últimas jornadas. “Se ha metido a la afición en el bolsillo. Aquí solo ha dado alegrías”, señaló
Hidalgo.