La vergonzosa batalla campal en el Villaverde-Olivarense (INCLUYE VÍDEO)

Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura
La violencia en el fútbol, por desgracia, es un fenómeno que no termina de erradicar ni la pandemia de coronavirus. Con la mayoría de estadios vacíos o con estrictas limitaciones de aforo en el mejor de los casos, las competiciones locales o regionales, dependientes en asuntos de restricciones de la RFEF y/o de las comunidades autónomas, son el oasis de los aficionados para seguir viendo en directo partidos. Sin embargo, la tensión acumulada por este año largo de dura crisis sanitaria y económica se refleja a veces donde menos te esperas.

Ocurrió en la noche de este viernes a la finalización del Villaverde-Olivarense, correspondiente a la fase de ascenso (Grupo A) a Primera Andaluza. El encuentro terminó con 0-3 a favor de los aljarafeños, que superan en la tabla a un rival directo por las dos plazas que dan acceso a la categoría superior, de momento en manos de Camino Viejo y Mosqueo, ya que, aunque se arrastra la puntuación de la liguilla regular, los grupos no son parejos, por lo que se fija un coeficiente (puntos entre partidos jugados) para que sea más justo. El de los visitantes en el recinto de Avenida de Aguas Santas es superior, por lo que se colocan terceros, con su anfitrión cuarto.

Según testigos presenciales, en la batalla campal, que puede apreciarse en las imágenes adjuntas, grabadas por aficionados, no participaron futbolistas de ninguno de los equipos, la mayoría de los cuales se encontraba ya en los vestuarios, si bien alguno quedaba sobre el terreno de juego. Al parecer, un hincha olivarense blandió una camiseta para celebrar el triunfo y, accidentalmente, golpeó por desgracia a un directivo villaverdero. Ésa fue la mecha que desató la trifulca, en la que se registraron daños materiales en el ambigú del Municipal San Sebastián y otros daños personales, por fortuna no de gravedad, según las últimas informaciones.

Volaron vallas y, por supuesto, no se respetó en el momento de la pelea ni la distancia de seguridad ni el uso de mascarillas. El árbitro estaba ya en su caseta y habrá que ver lo que recoge en su acta, si bien la RFAF podría actuar de oficio y clausurar el campo de La Vega, si bien habrá que depurar responsabilidades antes y comprobar quién inicia los altercados y quién participa en ellos. En cualquier caso, unos hechos lamentables y censurables que no nos gustaría volver a ver nunca más en Sevilla ni en ningún sitio.
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