Alejandro Sáez5 min lecturaEl Athletic Club llevará a cabo este 26 de octubre la primera Asamblea de Socios Compromisarios a la que se enfrentará la directiva del actual presidente Jon Uriarte, una cita en la que los compromisarios tendrán que decidir sobre las cuentas del club y un presupuesto de la temporada 22/23 que ofrece un gasto de 141'8 millones de euros y unos ingresos de 135'8 kilos. Es decir, unas pérdidas ya cuantificadas de unos seis millones de euros. Y es que las mejoras en las actuaciones y las estrategias desarrolladas por el club para aumentar los ingresos aún no han acabado de dar sus frutos para que el Athletic Club no siga perdiendo dinero.
"Tenemos que conseguir corregir esta inercia negativa, hay que equilibrar los ingresos con los gastos y hacer del Athletic algo sostenible", señaló días atrás el presidente Jon Uriarte. El conjunto bilbaíno ha perdido en los últimos tres años unos 110 millones de euros, por lo que la situación económica del club se viene convirtiendo poco a poco en insostenible. El gasto de la plantilla se come los ingresos previstos y ésta será la cuarta temporada en la que el Athletic recurra a la provisión para no aumentar las pérdidas, que en los cursos anteriores ha sido de 37 millones de euros por temporada, tal y como explicó Uriarte.
En comparación con muchas otras entidades de LaLiga, el Athletic Club está saneado y en una situación envidiable, pero las alarmas se han encendido en San Mamés. O se cambia la tendencia, o habrá problemas pronto. De seguir así, será imposible renovar a los jugadores más importante y más pronto que tarde se verán obligados a vender jugadores, como ya ocurriera en etapas anteriores.
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— Athletic Club (@AthleticClub) October 23, 2022
Guillermo Ruiza-Longarte, tesorero del Athletic Club, ha querido mandar un mensaje de tranquilidad durante una entrevista en El Correo. "No tenemos en mente vender jugadores pese a los problemas económicos", asegura el tesorero, que al mismo tiempo avisa de que "si esta tendencia no se corrige, se lleva al club por delante en cinco años". ¿Entonces?
De perpetuarse la situación, al Athletic Club no le quedará otra que activar una de las palancas más básicas en el mundo del fútbol: vender jugadores y renunciar a grandes renovaciones. Eso, en una temporada en la que, sin ir más lejos, aborda la ampliación de un Iñigo Martínez por el que este pasado verano ya se interesó el FC Barcelona, antes de acabar firmando a Koundé, y que también está obligado a tratar el futuro de jugadores como Nico Williams y Sancet, que acaban contrato un año más tarde.
Los tres futbolistas están muy bien valorados en el mercado, pero no son los únicos que obligarán a tomar una decisión en los despachos. Y es que la plantilla del Athletic Club afronta dos años cruciales para abordar una renovación o un cambio de ciclo, pues hasta ocho jugadores del primer equipo rojiblanco acaban contrato en 2023, siendo otros once los que lo hacen al año siguiente.
En el primer caso, junto a Iñigo Martínez, están De Marcos, Lekue, Balenziaga, Zarraga, Villalibre, Raúl García y Ander Herrera, quien llegó este verano en préstamo por el PSG con una opción de compra para seguir en San Mamés.
En 2024, junto al pequeño de los Williams, que recientemente se ha estrenado como internacional español con galones, y Sancet, también acaban nder Capa, Yuri Berchiche, Nolaskoain (cedido en el Eibar), Dani García, Mikel Vesga, Jon Morcillo, Guruzeta y dos hombres clave para Valverde como son Berenguer y Muniain.
Otros jugadores importantes en los planes del Athletic Club y de Ernesto Valverde acaban contrato más tarde, como es el caso de Iñaki Williams (2028), Vencedor (2027), Yeray y Vivian (2026) y Unai Simón (2025), habitual bajo palos con el Athletic Club y con la selección española de Luis Enrique.