No tiene dudas con Eder Sarabia y el Athletic: "Hará todo lo posible"

Manu Sarabia, padre del actual entrenador del Elche y a su vez mito del club bilbaíno, no esconde qué equipo quiere que gane mañana en el Martínez Valero. Además, también deja claro que su hijo irá con todo para intentar derrotar al conjunto del que es aficionado confeso

El encuentro de mañana domingo en el Martínez Valero entre Elche y Athletic Club será sin duda especial para Eder Sarabia. El inquilino del banquillo franjiverde es seguidor confeso del club rojiblanco y se enfrentará por vez primera a él como primer entrenador. Ya lo hizo en otras ocasiones como ayudante de Quique Setién tanto con la UD Las Palmas como con el Real Betis y el FC Barcelona. Pero esta vez es diferente. Tras forjarse en solitario en el Andorra, al que ascendió a Segunda división, el bilbaíno se estrena en el cargo en la máxima categoría y su equipo está siendo una de las revelaciones de LaLiga. No solo por los resultados (tiene los mismos puntos que el Athletic), sino por el juego y la personalidad que demuestra su equipo. Por ello, no son pocos lo que piensan en él como futurible para el banquillo de San Mamés.

Eder Sarabia y un futuro en el Athletic

El propio Eder Sarabia, a sus 44 años, ha dejado caer esta misma semana que es algo que no descarta. "Ahora vivo el día a día. Lo que me gusta es ser entrenador del Elche y estar mucho tiempo aquí, hacerlo lo mejor posible y seguir ayudando a que el club crezca, y que el club, los jugadores y todo me ayuden a mí a ser mejor y a sentirme tan querido como me siento. Seguramente ahí está esa posibilidad en un futuro, pero ya te digo, ahora... No pude ser futbolista del Athletic y eso que me habría gustado. Ser entrenador tampoco está mal. No es fácil, porque cuando Valverde salga hay otros grandísimos candidatos para ese banquillo. No es algo que viva como un objetivo", señaló al respecto.

La sangre puede más que nada

Lo que esta claro es que este domingo, a partir de las 14:00 horas, buscará derrotar a 'su' Athletic para demostrar que su Elche no va de farol. Así lo asegura un mito del club vasco como su padre, Manu Sarabia, que vistió la camiseta rojiblanca en en 382 partidos oficiales, aunque esta vez apoyará a otros colores. “No es fácil esta situación, pero es maravillosa porque Eder va a competir con el equipo de su vida y hará todo lo posible para ganar. Como padre, lo que más me tira es la sangre, puedes imaginar con quién estoy en este partido tan especial”, afirmó en TeleElx.

“Veo un partido bastante igualado porque el Athletic no especula e intenta llevar el juego donde le interesa. Sus partidos suelen tener un ritmo de juego alto durante los 90 minutos. Pero es que el Elche tiene una personalidad que está por encima de cualquier adversario. Está demostrando una personalidad porque los jugadores se sienten protagonistas llevando la iniciativa con la pelota. Hay muchas cosas que me gustan de las que dice Eder. Una de ellas es que lo que quiere es que su equipo sea mejor cada día”, añadió sobre el encuentro en sí el que fuese internacional español en 15 ocasiones.

Desde joven, destinado a ser entrenador

Como entrenador, Manu Sarabia pasó por Bilbao Athletic, Badajoz y Numancia. Pero ahora se muestra satisfecho por ver cómo Eder le ha superado en esa faceta. "Es maravilloso porque un padre siempre quiere que sus hijos le mejoren y Eder lo ha hecho como entrenador. Tengo el privilegio de haber compartido el trayecto que está teniendo tan maravilloso. Se siente feliz, es una persona muy positiva y siempre ve el lado bueno de las cosas. Aprende de todo lo que le pasa. Nunca se cansa de prepararse y estudiar para ser mejor. Él creía, y yo también, que iba a vivir del fútbol como futbolista”, explicó.

"En la mesa de los más grandes"

Sin embargo, desde muy pronto, el ex jugador rojiblanco entendió el que sitio de su hijo estaba en los banquillos. “Cuando lo veía en las categorías inferiores me veía reflejado en él. Dos lesiones graves le impidieron ser futbolista pero él ha nacido para ser entrenador. Cuando nos sentábamos juntos a ver partidos, él veía cuatro o cinco cosas que yo no. Eso me hizo darme cuenta de que había nacido para ser entrenador y estar en la mesa de los más grandes", sentenció.