Chuli se sincera: “Me sueltan en San Mamés con Molina y yo tenía que hacer de Rubén Castro”
Durante una entrevista con ESTADIO Deportivo, Chuli reflexiona sobre su rol impuesto en la llegada al Betis, mientras que se deshace en elogios sobre los delanteros históricos con los que compartió vestuario
La delantera del Real Betis se debate, tras la salida fuera de mercado de Vítor Roque, entre las opciones de Cucho Hernández y Cédric Bakambu. Desde su llegada, el delantero colombiano suma tres titularidades que coinciden con los tres triunfos ligueros consecutivos que encadena la escuadra heliopolitana. Condenados a disputarse el puesto desde el más absoluto respeto, en un enfrentamiento que solo puede traerle cosas positivas a Pellegrini, hubo un tiempo en el Benito Villamarín donde los delanteros convivían y se entendían entre sí. Tanto que el sistema estuvo confeccionado en torno a ellos durante prácticamente un lustro. Fueron Rubén Castro y Jorge Molina, dos arietes que dejaron su huella en la historia de la entidad y que dejaron el listón bien alto a sus sucesores. Uno que convivió junto esta dupla y se jacta de hacerlo es Chuli. En una entrevista con ESTADIO Deportivo reflexiona sobre las vivencias y el aprendizaje en aquel vestuario.
La presión derrumbó a Chuli
A Chuli no le fue especialmente bien en el Betis. La fuerte apuesta por este jugador que venía de saltar de Segunda a Primera a base de goles, el escalón de la categoría se le complicó: “Esa es la madurez que tengo ahora, o no voy a llamarlo madurez, sino esa forma de salir de la presión, esa forma que utilizo ahora que es la de oye, vamos a divertirnos, es solo fútbol. Y lo único que puede pasar es que pierdas el partido o que pierdas un balón o que falles un gol. Me faltó evidentemente esa mentalidad y un poco a nivel institucional, no te voy a decir porque no era institucional, sino tener a alguien al lado, ya sea en su momento Pepe Mel o el entrenador que luego vino o lo que fuera, que me arropara en el sentido de darme esa confianza. Algo que han hecho otros entrenadores, como en Segunda División, cuando he estado en Segunda División, como ha podido ser Asier Garitano, ha sido Pepe Bordalás. Esa forma de arroparme y yo sentirme seguro a la hora de entrar en el campo, que al final no puedo culparlos a ellos porque evidentemente es una tara mía, por decirlo de alguna manera. Pero creo que es lo que me faltó en ese sentido”, argumenta el ahora delantero del Orihuela.
En aquella campaña 13/14, donde los verdiblancos terminaron descendiendo a Segunda división, la adaptación fue el principal obstáculo: ”Ves que vengo de Tercera División, por decirlo de alguna manera, meto 15 goles en Segunda, pero de nuevo, venía del filial del Recre, juego los 38 partidos y meto 15 goles, pero todavía no era jugador profesional. Me faltó un poco eso, el que me arropara un poquito más. Recuerdo que llego y Rubén Castro se lesiona. Tiene una lesión muy rara, está mucho tiempo, no se recupera. Si él hubiera estado, a lo mejor yo quedo un poquito por debajo de él. Él es el que está en el foco y no tanto yo, ¿me entiendes? Y voy un poquito más poco a poco”, expresa el delantero.
Una lesión, la del delantero con más goles de la historia del Betis, que le cargó la mochila con presión: ”Entonces yo llegué, Rubén Castro no estaba. Recuerdo que jugamos de titular algunos partidos al principio, me sueltan en San Mamés con Jorge Molina, los dos delanteros. No voy a decirlo porque evidentemente es una tontería lo que voy a decir, pero era como el nuevo Rubén Castro o era el delantero que tenía que hacer lo que tenía que hacer Rubén Castro. Entonces yo creo que eso también no supe llevarlo y ya está. Cada uno tiene su camino, tiene sus cosas y ya está. Si pudiéramos con todo, estaríamos todos en la élite”.
Máxima admiración a la dupla
Acerca del recuerdo que tiene de estos dos magníficos jugadores, Chuli no tiene reparos en expresar su más absoluto encandilamiento. Tanto que puede afirmar a Jorge Molina como el mejor jugador que ha tenido a su lado en un terreno de juego: “Con Jorge Molina estuve en dos etapas. Estuve en el Betis y luego en Getafe. Siempre que me preguntan ¿Cuál es el mejor jugador con el que has jugado? Yo siempre voy a decir que es Jorge Molina. Y he jugado con Rubén Castro. Pero Jorge Molina para mí es muy especial. Jugar con él es muy fácil. Es facilitarle la vida al compañero. Eso era increíble. Para mí era espectacular. Un jugador hacía cosas que tenían que hacer tres jugadores. Entonces parecía que jugabas con más. Eso era increíble. Jorge Molina era increíble”.
Si hubo elogios para el de Alcoy, también para el de Gran Canaria: “Y lo de Rubén Castro, ¿qué te digo? Era puro gol. Si es que de una falta, recuerdo que metió un gol, tira una falta y tira el palo del portero flojito y es gol. ¿Qué te puedo decir de Rubén Castro? Era una barbaridad. Hacíamos los partidos cortos en los entrenamientos y el que tuviera en el equipo a Rubén Castro sabía que era el ganador. Era así de fácil. Los demás nos hartábamos de correr, de pelear con todo el mundo, lo que tú quieras. Pero si en tu equipo estaba Rubén Castro, en los partidos pequeños que hacemos, que las porterías están muy cerca, sabías que ibas a ganar con Rubén Castro. Punto y final. No había otro Y además no hacía nada. Era controlar y chutaba. Controlaba, chutaba, gol. Eso era increíble. Nació con algo de una varita ahí que le hizo llegar a lo que ha sido en el Betis y en el fútbol español, evidentemente. Era increíble. Eso no hay por dónde cogerlo”.
Tal es la admiración que muestra Chuli por este jugador histórico que incluso le copió un regate: “Una cosa tengo de él, que mucha gente que lo ha conocido y luego ha estado conmigo, o sea, que lo ha conocido futbolísticamente, me refiero, que lo ha visto jugando y tal, y me lo dicen mucho, que él hacía mucho que amagaba, que iba a tirar el palo largo. Cuando él controlaba, digamos, hacia adentro, el defensa alargaba la pierna y se la metía por debajo de las piernas. Y le metía el gol por debajo de las piernas al palo corto. Entonces yo eso lo hago mucho ahora. Lo cogí de él, evidentemente. Eso es algo que se lo vi a él y ahora lo utilizo mucho, o sea, lo he hecho mucho durante mi carrera. Es buscar las piernas del defensa porque el defensa tiende a ser muy fuerte. Tiende siempre a eso, a abrir la pierna para cortarte el tiro y él siempre tiraba por debajo de las piernas. Era un espectáculo”.