¿Cómo se llaman los aficionados de Betis y Sevilla?

Los aficionados del Real Betis y el Sevilla FC son conocidos con diferentes apodos, generalmente por sus colores o por el barrio de la capital andaluza donde están afincadas sus sedes sociales y estadios. Por ejemplo, a los primeros se les conoce como verdiblancos (nunca blanquiverdes, al presuponerse entonces la primacía del blanco, color relacionado con el otro equipo de la ciudad) o heliopolitanos, ya que el Benito Villamarín, escenario de sus encuentros como local, está en la barriada de Heliópolis, dentro del Distrito Bellavista-La Palmera, una zona residencial situada al sur del municipio hispalense cuyo nombre proviene del término griego que significa literalmente 'Ciudad del Sol' y que emergió en las proximidades del Río Guadaíra a finales de la década de los años 20 del siglo XX, a raíz de la Exposición Iberoamericana de 1929.

Por su parte, a los miembros de la hinchada sevillista se les conoce como blanquirrojos (no suele aceptar de buen grado lo de rojiblancos, más propio de conjuntos como el Sporting de Gijón, la UD Almería o el Atlético de Madrid por la presencia de rayas verticales) o nervionenses, pues el Ramón Sánchez-Pizjuán está en el barrio sevillano de Nervión, perteneciente al distrito del mismo nombre, edificado a partir de la segunda década del siglo XX por el arquitecto Aníbal González, que tomó como referencia las ciudades-jardín inglesas (por eso una zona de la barriada se conoce como Ciudad Jardín). Toma ese nombre por ocupar solares propiedad del Marqués del Nervión, cuya denominación alude al río de Bilbao por la intervención de su primer poseedor, Francisco Armero, en el sitio de la capital vizcaína durante la Primera Guerra Carlista.

Palanganas y verdolagas: las versiones sobre su origen

Existen también apodos para ambas aficiones que se consideran peyorativos y, por lo general, son utilizados en tono jocoso por sus homólogas rivales. Los del Real Betis aluden generalmente a su color predilecto, el verde, al tildar a los hinchas y partidarios como verderones o verdolagas, al tiempo que el atribuido al Sevilla FC tiene más historia: palanganas. La versión más extendida data su origen a mediados de la década de los 70 del siglo XX, cuando pasaron de ser conocido como merengues (ahora apropiado por los aficionados del Real Madrid) por esa vinculación con el dulce de color blanco, aunque la incorporación entonces de detalles rojos en el cuello y las bocamangas, que asemejaban la equipación al utensilio clásico de aseo, la palangana, que, sobre todo las fabricadas en las empresas que trataban la cerámica en el barrio de Triana, tenían esa doble gama de tonalidades.

Otras explicaciones aluden a las líneas rojas que rompen el blanco general de las gradas del campo sevillista (aunque tendría la misma vinculación con el referido objeto). Quizás la más discordante habla de una anécdota referida por un directivo del Sevilla FC al peluquero Félix Medina Mancera en los años 30 del pasado siglo. Aquél refería unas palabras de uno de los fundadores del Real Betis al ser rechazado por sus orígenes humildes y dejar este augurio, recogido por 'El Mundo': "Aquí os dejamos como despedida esta palangana, que la utilizaréis de por vida para recoger las lágrimas que derramaréis, no por vuestros fracasos, sino por nuestros triunfos, pues a partir de ahora estaréis más pendientes de ellos que de vuestra propia realidad".