La querencia sevillana de Luiz Felipe

Cuenta entre poco y nada para su entrenador, Roberto de Zerbi, que apenas le ha brindado tres oportunidades desde que llegó en el pasado mercado invernal y que, incluso, lo mandó a jugar con el filial hace tres semanas. Al menos, saliendo en el minuto 89 en el duelo de la penúltima jornada de la Ligue 1 ante Le Havre, se ha sentido partícipe de la clasificación del Olympique de Marsella para la próxima edición de la Champions League, logro que celebran en la Costa Azul sin necesidad de esperar al broche del próximo sábado ante el Stade Rennais. Con cinco puntos de ventaja sobre el cuarto, el quinto y el sexto de la clasificación a falta de sólo tres, los albiazules sólo podrán ser ya segundos o terceros, por lo que el éxito es inamovible. Lo celebró efusivamente sobre el césped del Stade Océane un Luiz Felipe que acababa de suplir a Mason Greenwood para amarrar un 1-3 redentor.

Unas horas después, el central italo-brasileño publicaba en su perfil de Instagram unas fotos en Sevilla con su familia, que aprovechaba para felicitar a su madre, Patricia, por la reciente celebración de su día. Un viaje exprés que el ex del Real Betis encajaba en el calendario por el permiso extra concedido por el míster transalpino a los suyos hasta bien entrada la próxima semana y que disfruta con gran parte de su familia, pues las imágenes compartidas desvelaban que hubo paseo en coche de caballos para que su progenitora conociera la capital andaluza, así como visita a locales de restauración del Barrio de Santa Cruz y la zona de Mateos Gago, con La Giralda de fondo. Una querencia por la ciudad que acogió al deportista durante poco más de un año, desde que lo reclutara libre, una vez desvinculado de la Lazio, en julio de 2022 y lo vendiera por 22 millones de euros al Al-Ittihad saudí en septiembre de 2023.

Precisamente, para no quedar como tontos, su descarte posterior con la llegada a Jeddah del que fuera su director deportivo en La Palmera, Ramón Planes, y gestionase su millonaria plusvalía, permitió su salida como agente libre antes de tiempo con la condición de que no podrá fichar por los verdiblancos hasta el 1 de julio de 2026, cuando iba a terminar su contrato a orillas del Golfo Pérsico. Encontró acomodo en Marsella el zaguero, que fue sondeado para volver como cedido hace dos veranos, aunque sólo firmó hasta el verano del año venidero, pensando en un retorno que parece únicamente cuestión de tiempo. La profesionalidad del de Colina, su fuerte apego al Real Betis y su idiosincrasia, por encima hasta de su buen rendimiento aquí, le han dejado las puertas abiertas para un futuro, con la connivencia de Manuel Pellegrini. Si no se desalinean los astros, dentro de tres ventanas de transferencia podría regresar a su 'casa'.